Con 27 años, Rodrigo Hernández es una referencia en el vestuario de la Selección, campeón de Europa con el Manchester City y reconocido como uno de los mejores centrocampistas del planeta. Tiene galones y muchísimo fútbol, más que adaptado a las exigencias de la Premier y a las de su club. Se instaló en Inglaterra en 2019 y regresa con España al campo en el que se estrenó en la liga británica, el olímpico de Londres.

Fue el 10 de agosto de 2019, un West Ham-Manchester City que finalizó con una goleada incontestable de los visitantes (0-5). Rodrigo fue titular, disputó el partido completo y empezó a sentar las bases de una carrera que le está yendo de maravilla. “Este estadio me trae recuerdos muy bonitos. Aquí jugué mi primer partido en la Premier, ganamos 0-5 contra el West Ham”.

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La primera vez, ya se sabe, siempre es especial y Rodrigo, con buena memoria, relata aquel 10 de agosto detalladamente: “Recuerdo alguna anécdota graciosa. Recuerdo que tuve un golpe bastante fuerte y llegó el árbitro y me dijo algo así como “bienvenido a esta liga”. Tengo un recuerdo muy feliz, se dieron las cosas bien y experimenté en primera persona el fútbol inglés. Además, compartí vestuario con jugadores como David Silva, Aymeric (Laporte)…”

Lleva ya 48 encuentros defendiendo la camiseta de la Selección, uno de los capitanes y centro de las operaciones en la medular del equipo de Luis de la Fuente. Fue el mejor jugador de la fase final de la última Nations League que devolvió a España al cielo y Rodrigo quiere que esa inercia impulse al equipo en la próxima Eurocopa. Desde el London Stadium, y aunque se trate de un amistoso, Rodrigo pide que siga la buena dinámica: “Esperemos que la Selección dé un gran nivel y podamos ganar”.