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¿Qué es de... José Emilio Amavisca?

Amavisca fue un extremo puro que destacó durante los 90 hasta llegar a la Selección. Con desborde, vertical... el cántabro quedó en la memoria de muchos por su forma de celebrar los goles. Hemos hablado con él y sigue tan en forma como en activo

"Sigue siendo un orgullo, como en aquellos tiempos. Aunque no estemos ya como antaño pero es muy divertido encontrarse con los viejos conocidos de entonces". Esto es lo que comentaba hace unos días Amavisca tras disputar un partido de la AEFI, la Asociación de Exfutbolistas Internacionales en el que coincidió con compañeros como Miguel Ángel Nadal, Iván Campo o Juan Sánchez. 

José Emlio Amavisca Gárate nació un 19 de junio, el de 1971, en Laredo, Cantabria, y jugó quince partidos con la Selección. Debutó en el primer partido que jugó la Selección española tras la amarga eliminación de Estados Unidos, con aquel codazo de Tassotti a Luis Enrique. Sus primeros minutos con la Selección los jugó en Limasol, en un partido en el que España venció 0-2 a Chipre. 

Marcó solo un gol, ante Armenia en Erevan. Precisamente su característica forma de celebrar los goles es una de las razones por las que es recordado. El extremo zurdo, después de marcar, clavaba una rodilla en el césped, agachaba la cabeza y señalaba al cielo. El cántabro destacó en la década de los 90, y tras una espectacular temporada con el Real Madrid, no era raro ver a niños de toda España imitando su peculiar manera de celebrar los tantos. Años después, el extremo la explica: "Le dedicaba todos mis goles a un gran amigo que falleció en un accidente de trabajo, me impactó muchísimo y quería tener un recuerdo alegre de él".

¿Y hoy? Aquel zurdo al que muchos conocieron como "El Puñal de Laredo" mantiene la forma y alterna su labor como comentarista con la dirección de una escuela infantil de fútbol en Santander. También escribe artículos, no en vano, en una charla con lectores del diario deportivo Marca, cuando le preguntaron por antídotos al aburrimiento en las concentraciones respondió:  "Yo, en particular, no jugaba a la Play. Prefiero un buen libro para pasar las horas muertas, sobre todo si es novela histórica".

A sus 42 años, aún es un extremo rápido, como demostró en el partido de los veteranos de la AEFI ante el equipo indonesio del Mitra Kukar.