Las luces de Moscú apuntaban todas en una misma dirección durante la noche del jueves 26 de agosto: el Estadio de Luzhnikí. El ambiente en las gradas reflejaba la gran cita que acogía el escenario de fútbol playa moscovita. El contexto, los cuartos de final de la Beach Soccer World Cup y la hazaña a realizar, tumbar a la anfitriona del torneo para estar en semifinales.

La exigencia de la cita y el nivel de ambos conjuntos propiciaron que la igualdad se apoderara del partido durante el primer tiempo. Un solitario tanto de Kotenev hizo que el duelo llegara al descanso con una ventaja mínima para Rusia.

El inicio del segundo periodo llegó colmado de dificultades en forma de dos tantos que llegaban desde los pies de Nikoronov y Makarov. Una vez más, España demostró que nunca se rinde. Un gol de Edu Suárez de tiro libre y un potente disparo de Antonio colocaron en el marcador el 3-2 con el que se llegaba al tramo final del encuentro.

Las aguas se calmaron en el tercer tiempo. La igualdad de poderes y el orden táctico aplazaron la resolución del partido hasta los instantes finales, en los que Paporotonyi selló la victoria rusa con el 4-2 definitivo.