El Quijote Arena se vistió de gala para acoger la gran final del IV Torneo Internacional entre España y Brasil.  Dos viejas conocidas dispuestas a reeditar el partido del 2011 en el que el combinado carioca se hizo finalmente con la victoria. Ante un pabellón lleno a rebosar de más de 6000 apasionados del Fútbol Sala, las pupilas de Venancio López saltaron a la cancha ansiosas por cambiar el guión de aquella final y sentenciar su quinta victoria en el campeonato. 

Brasil comenzó el duelo dando una muestra de autoridad y dejando patente su superioridad. Tanto fue así, que en el minuto 17 Juliana Delgado abría el marcador para la canarinha tras una habilidosa jugada que enviaba el esférico al fondo de la malla. 
 
Con el apoyo incondicional de las gradas del pabellón municipal de Ciudad Real, las internacionales españolas luchaban por despejar su campo y alejar a la selección verdeamarela de la meta de Belén. Ante la herida del primer tanto, el combinado español reaccionó aportando mayor dinamismo y profundidad al juego, con grandes toques de calidad de Patricia González "Peque" y Patricia Chamorro, que a punto estuvo de conseguir el empate. 
 
A diez minutos de la conclusión del primer tiempo, la Selección española mantenía el optimismo, acercándose con peligro y decisión a la portería defendida por Joziane de Oliveira.

Brasil siguió con su monólogo, asfixiando al rival en su área, desplegando un juego mucho más físico que técnico y con rápidos lanzamientos desde el centro del campo. Así se llegó al final de la primera parte, con el conjunto visitante jugando a su antojo y con una España sin acierto de cara al gol. 

En la reanudación prosiguió el acoso y derribo de la triple campeona pero la Selección no se rindió. Salió aún más motivada y con ganas de brindar el triunfo a la admirable afición del Quijote Arena.

Venancio López tiró de estrategia en busca de las tablas pero de nuevo la falta de acierto jugó en contra de la españolas. A punto estuvo Sara Iturriaga de hacer a España soñar, pero su disparo rozó el larguero. Cuando faltaban siete minutos para la conclusión, Brasil anotaba un gol en propia puerta que devolvía la ilusión al combinado español. Era el 1-1 que levantaba a la grada de sus asientos al son de la ovación "sí se puede, sí se puede".

Tras dos paradas antológicas de Belén, Tatiane sentenciaba el choque tras un saque de falta. Era el tanto que ponía el punto y final a una grandísima actuación de España y que coronaba por cuarta vez consecutiva a Brasil como Campeona del Torneo Internacional.