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13 Noviembre 2015

CRÓNICA | Mario, un gol para un museo

El lateral voló y cazó un gran pase de Cesc para hacer una diana inolvidable. Luego, Cazorla cerró el justo 2-0 ante Inglaterra. El público acabó coreando el nombre de Piqué, que, como Bartra, hizo un formidable partido

Los ingleses solo remataron una vez a puerta: a los 67’.

Hay muchos fenómenos imprevisibles. El fútbol es campo abonado de ellos. Fenómenos difíciles de prevenir, de ahí el júbilo que causan cuando algunos acaban materializando lo que han buscado con denuedo. Ocurrió con España, que hasta los 72’ de partido no había conseguido resolver su competida pugna con Inglaterra. Bien es verdad que lo había merecido, no sobrada ni con un fútbol espectacular, pero merecido, al fin y a la postre. Fue en ese momento cuando ante la sorpresa de todos se produjo un hecho prodigioso. Una obra de arte. Un compendió rarísimo de ver en fútbol, donde casi lo hemos contemplado todo. Cesc, que había tomado el mando creador de la selección tras la salida del campo de Thiago y la no aparición de Iniesta en él, después del descanso, metió un balón por alto hacia Mario Gaspar, lateral profundo y hombre con olfato de gol, que vio lo que se le venía encima.

Listo ante lo que le iba a caer, Mario se lanzó a volar, voló, se encontró con el balón y lo remató. Junto al poste derecho de Hart, cuya estirada no frenó el esférico. Una diana memorable, de las mejores en mucho tiempo, improbable que veamos más. España abrió así su marcador ante la correosa, solo correosa Inglaterra, y Cazorla cerró el 2-0 en una jugada confusa, en la que los “blancos” pidieron fuera de juego, alguno de ellos se quedó clavado y el asturiano remató con la zurda, otro balón al mismo palo. Hart también andaba despistado. Era el tanto que sellaba el triunfo.

Los partidos entre grandes tienen una esencia especial. La tienen no solo por la calidad de los contendientes, algo que siempre se da por hecho, en el José Rico de Alicante, España e Inglaterra, dos clásicos, sino por lo que se desprende de ellos. Ese aroma tiene que ver con la tradición futbolística y con los valores que se representan. Los valores de casi todos han ido cambiando con el paso de los años, que no perdonan. España construyó su mejor época a base de tocar y tocar, además de contar con muchas otras virtudes, es cierto. Inglaterra nació y creció con un tipo de juego que desde hace años no maneja. Mantiene otras muchas de sus facetas: el té de las cinco o circular por la izquierda. Cosas de las Islas.

La selección inglesa es, no obstante, una de las escasas que pueden presumir de haber ganado a España más veces de las que ha perdido, aunque su primera derrota se la causara un formidable equipo español el 15 de mayo de 1929, en el desaparecido estadio Metropolitano de Madrid. Se vengaron (7-1) dos años después en Londres, pero el transcurrir del tiempo fue provocando alegrías españolas (Mundial de Brasil 1950, gol de Zarra) y penas (eliminaciones en el Mundial de España 1982 y la Eurocopa de 1996).

Más allá de esos hechos puntuales, España siempre ha sufrido ante Inglaterra por la sencillez de su fútbol basado en la rapidez, la fortaleza, la velocidad y el pase largo. Hoy ese fútbol se parece en alguna de sus constantes vitales, pero es más rudo, más de presión asfixiante, mucho más físico, infinitamente menos talentoso. Los días felices, y supongo que añorados de los Moore, Bobby Charlton and company y de muchos de los que les sucedieron, pasaron hace tiempo. Su fútbol se ha hecho más europeo… o más parecido a los europeos muy conservadores y no tiene aquel brillo deslumbrante que nos embriagaba. Practican un cuatro-cuatro-uno-uno, miden mucho sus riesgos en medio campo y en ataque tratan de aprovechar la velocidad indiscutible de Sterling y las habilidades de Kane, muy ciertas ambas.


España también ha modificado sus conductas. No es la de 2008, ni la de 2010, quizás tampoco la de 2012. Hay que adaptarse a los tiempos y a los adversarios. Frente a Inglaterra, Del Bosque buscó la confrontación con la zaga inglesa desde la velocidad de dos cazagoles,  Alcácer, por la derecha y Costa, por la izquierda. Las ocasiones de gol surgieron, sin embargo, más desde los que llegaron, una arrancada de Piqué, al que ovacionaron dos tercios de las gradas españolas, y de Busquets, que empalmó un despeje de cabeza de un defensa. Alcácer se sumó a los dos, pero eso deja claro que España dominó, apareció con cierta facilidad por las inmediaciones del área llegó con cierta comodidad y se atoró a partir de ahí. Jugó más por la izquierda con Jordi Alba e Iniesta, pero no encontró huecos en el área. Hasta asomarse a ella, Inglaterra le cedió campo y capacidad de maniobra, pero ni un segundo de respiro en la zona de los riesgos desde no halló un centímetro libre para rematar con peligro en todo el primer período. Cuando más estaba entrando en juego Thiago le llegó la lesión.

La segunda mitad empezó sin Iniesta, que se quedó en la caseta. España perdió a sus dos armadores, a los garantes del toque y la sutileza. El equipo entró en otra dinámica, Cesc se convirtió en el medio organizador, posición desde la que creció. Inglaterra también cambió, advertida de que sin Thiago e Iniesta España podía ser más manejable. Se equivocó. En esa lucha nerviosa emergieron como insuperables Piqué y Bartra.

Al primero acabó coreándole la inmensa mayoría del público, tras un ejercicio supremo de autoridad. El joven Bartra se agigantó a su lado y nada les sirvió a los ingleses, que solo remataron con peligro a los 67’ con un derechazo del más que prometedor Kane. Cuando recurrieron a Rooney todo estaba resuelto. Inferiores a la hora de controlar cayeron merecidamente por su fútbol solo físico y excesivamente cauteloso. Es verdad que les venció una obra maravillosa de Mario Gaspar y unos segundos de duda, pero en Alicante solo hubo un equipo que mereciera la victoria: España.

 

     Resumen del partido

 

España:
Casillas, Mario, Piqué, Bartra (Azpilicueta 81'), Jordi Alba, Busquets (Koke 77'), Iniesta (Nolito 46'), Cesc, Thiago (Cazorla 25'), Paco Alcácer (Pedro 73') y Diego Costa (Juan Mata 63').

Seleccionador: Vicente del Bosque
 
Inglaterra:

Hart, Walker, Bertrand, Carrick (Shelvey 89'), Jones, Smalling (Cahill 83'), Lallana (Alli 63'), Delph (Dier 63'), Barkley (Rooney 73'), Kane y Sterling

Seleccionador: Roy Hodgson

 

1-0 (min 72') Mario Gaspar de espectacular volea a la media vuelta
2-0 (min 83) Cazorla bate a Hart con la izquierda, raso, desde la frontal
  El colegiado italiano Paolo Silvio Mazzoleni amonestó a 
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