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01 Septiembre 2023

La Escuela de Entrenadores de la RFFM cuenta con un claustro formado exclusivamente por entrenadoras en la última edición del ‘Curso de Entrenador UEFA A’

Desde que, en julio de 2017, Miguel Ángel Serrano Niño fuera nombrado Director de la Escuela de Entrenadores de la Real Federación de Fútbol de Madrid, ha hecho una labor silenciosa para ayudar e incentivar a aumentar el número de entrenadoras. ¿Su máxima? No fijarse en el género de la persona y sí en la capacidad. Poco a poco iba aumentando el número de alumnas en los cursos y en la última edición del Curso de Entrenador UEFA A ha logrado un nuevo hito, como es que todo el claustro de profesores esté formado por entrenadoras.

Convicción. Desde que, en julio de 2017, Miguel Ángel Serrano Niño fuera nombrado Director de la Escuela de Entrenadores de la Real Federación de Fútbol de Madrid, ha hecho una labor silenciosa para ayudar e incentivar a aumentar el número de entrenadoras. ¿Su máxima? No fijarse en el género de la persona y sí en la capacidad. Poco a poco iba aumentando el número de alumnas en los cursos y en la última edición del Curso de Entrenador UEFA A ha logrado un nuevo hito, como es que todo el claustro de profesores esté formado por entrenadoras.

Nekane Quiñones, Ana de la Chica, Sara Moralejo, Jara Cuenca, Lydia Vizcaíno, Marta Soler y Natalia Calamando, un claustro “muy especial” para el Director de la Escuela de Entrenadores -cargo al que añadió desde el pasado 1 de julio el de Presidente del Comité de Entrenadores de la RFFM- y que viene a reflejar que el conocimiento del fútbol no es cuestión de género.

¿Cómo valora el éxito del proyecto en el cual cada vez hay más mujeres entrenadoras?

Agradezco la palabra éxito, pero es normalidad basándose en la formación. Cuando ves alumnas no miras el género, miras la capacidad o el recorrido que puedan tener, desde hace siete años la Escuela de Entrenadores de la Real Federación de Fútbol de Madrid lleva haciendo un esfuerzo importante para incorporarlas al claustro, de ahí que poco a poco, por capacidad docente, conocimiento e implicación se ha ido seleccionando un grupo nutrido de entrenadoras que nos ha hecho posible que hagamos cursos con sólo profesoras.

¿Comienzan a recoger los frutos del caldo de cultivo que han ido sembrando?

Sí, porque lo que intentamos es basarnos en la coherencia y has de mirar la capacidad de las personas con independencia del género. Desde hace siete años estamos buscando esa igualdad de oportunidades, por lo menos, para impartir clases, otra cosa es el acceso al mercado como entrenadora o como entrenador, donde tampoco tendría que verse el género sino la capacidad de las personas. Para ello nos hemos basado para ello en la observación de los alumnos y han emergido una serie de alumnas con una capacidad enorme, muy bien valoradas por sus alumnos, con su recorrido académico, con aportaciones a la formación de los entrenadores y que se han hecho acreedoras a ser profesoras de pleno derecho. Son un ejemplo del ejercicio de la profesión, de su trabajo como entrenadoras y eso es muy importante para incorporarlas.

La RFEF potencia el fútbol femenino y la formación de entrenadoras, tanto a nivel de base como de selecciones; ¿van a ser referentes ellas para futuras entrenadoras de élite?

Siempre tengo una norma y huyendo del género, tener un buen entrenador que además es un docente te hace que en un futuro tú quieras serlo también, cuando les ven trabajar quieren ser en el futuro como él o como ella en un banquillo. Eso genera una inercia de chicas y chicos que se matriculan en los cursos de entrenador muy jóvenes, compatibilizando su labor como jugador o jugadora, para formarse como entrenadores. Eso es una ventaja que tenemos que aprovechar las Escuelas de Entrenadores de las Federaciones Territoriales para ir seleccionando el talento docente, sin mirar el género, para tener a los mejores dando clase y que eso haga de esta profesión que cada vez sea más linda.

¿Cómo percibe ese cambio hacia la igualdad?

Es un cambio que veo traumático porque no lo acabamos de normalizar. En la Comunidad de Madrid la sensación que queremos revertir es que tenemos marginadas a las entrenadoras en el fútbol femenino o en el fútbol base, parece que son madres de niños y niñas pequeños, y debemos quitar ese concepto maternal del trabajo de la entrenadora. Creo que tenemos que empezar a normalizar e incentivar, como ya se ha empezado a hacer, a que los clubes confíen en ellas, en su capacidad de dirigir a un equipo masculino. Es un camino difícil pero que hay que emprender, es difícil aplicar una paridad al cincuenta por cien como hacen algunas empresas, pero seguro que como se ha visto, con el trabajo bien hecho en el fútbol femenino en los últimos años por parte de la RFEF y las Federaciones Territoriales, que se ha visto con la consecución de este Mundial, seguro que vamos a conseguir en el mundo de la entrenadora esa igualdad.