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Lamine Yamal, entre los deberes de mates y la historia del fútbol

El jugador más joven de todos los tiempos en jugar la Eurocopa cumple con las obligaciones de un chaval de 4º de ESO

 

Lamine Yamal estaría ahora apurando los últimos días de curso, pensando seguramente si la modalidad escogida para Bachillerato es acertada y le garantiza un buen futuro en el mundo laboral. Pasearía por las calles del barrio con sus amigos y mataría el verano entre pachangas, videojuegos y alguna que otra salida, lo típico de los 16 años. Pero Lamine Yamal está en Alemania y está disputando una Eurocopa, una barbaridad que coloca al catalán en la historia ya no solo del futbol, también del deporte. Cumple 17 el 13 de julio y nadie, jamás de los jamases, ha disputado este torneo a esa edad. Lamine es único.

Con todo, y asumiendo la excepcionalidad de un futbolista diferente, tiene que cumplir con sus obligaciones como estudiante de 4º de ESO. “Voy yendo a clase y cada día me ponen unos deberes diferentes. A veces me ponen más para hacer en casa, pero voy haciendo cada día”, relata mientras termina unos ejercicios de inglés. “Si ven que estamos en cuartos de final o en octavos no me meten mucha caña, pero los días de descanso, que él sabe que no estoy haciendo nada (su tutor), pues sí me dice que haga esto o lo otro”.

Entre resolver derivadas y aprender el buen uso de los pronombres en inglés, Lamine piensa en la pelota, epicentro de su día a día, y en esta Eurocopa que le llega antes que al resto. “Siempre sueñas, de pequeño, con jugar estas competiciones como la Eurocopa, el Mundial… todo lo que sea a nivel de Selección. Estoy muy contento de poder seguir sumando récords como este y a ver si puedo batir el de goleador”, comenta, decidida ya la dedicatoria en el que caso de ver puerta. “Como siempre, a mi familia y a mis amigos, que son los que me han ayudado siempre, y ojalá poder batirlo contra Italia”.

En un escenario normal, este año hubiera disputado el Europeo sub-17 o, siendo muy avanzado, el sub-19, pero está con la absoluta, palabras mayores. “No es lo normal estar con 16 años jugando este tipo de partidos. Es como un sueño y no hay que pensarlo mucho porque si no se te va de la cabeza, hay que pensar en el fútbol y ya está”, afirma con cierta naturalidad. “Sobre todo hay que pensar en que cada día te puedes superar, que nunca estás en tu tope, y pensar en el fútbol e ir con la gente con la que he ido siempre”.

Aquí comparte vestuario con gente que lo ha ganado todo y todos cuidan de Lamine Yamal, que tan pronto recibe un consejo de Álvaro Morata como se pone a hacer ejercicios con Jesús Navas, al otro extremo porque el andaluz tiene más de 38 años. “Hablamos un poco de todo. Antes estábamos hablando de la bici, de que él tiene una ahí en su casa. Siempre salen anécdotas que contar, experiencias que tienen ellos que al final yo, por mi edad, no tengo. Eso te ayuda mucho”. Eso y los kilómetros recorridos, todos implicados en dar a Lamine las palabras necesarias para que sepa dónde está. “Un jugador que está compartiendo vestuario contigo y que al final ha ganado un Mundial y una Eurocopa es algo increíble. Me dice que disfrute, que todo llega, que somos una familia y una piña”.

Pero, como es lógico, sus ratos libres los consume con los más jóvenes del grupo, interesante esa mezcla en este vestuario que parece tan cohesionado. “Intento estar siempre con los jóvenes jugando a la Play, al ping-pong… Si no me veo una serie en la habitación o la Eurocopa, que con los horarios de los partidos va muy bien porque al final estás viendo un partido, o jugando a la Play o con el iPad”.