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07 Noviembre 2022

Mikel Etxarri: "El nivel de tus jugadores es lo que te ayudará en el trabajo como entrenador, ellos serán los colaboradores"

La Federación Guipuzcoana de Fútbol le concedió a mediados de octubre la insignia de oro en agradecimiento a su contribución tanto al fútbol de Gipuzkoa como a su trabajo en la federación.

A sus 76 años y con más de 44 como profesor de Táctica en la Escuela de Entrenadores de la Federación Guipuzcoana de Fútbol, Mikel Etxarri se declara amante del fútbol y de la escritura. Siempre predispuesto a compartir conocimientos, una fractura de tibia y peroné cuando tenía 25 años supuso que tuviera que colgar las botas, pero ese obstáculo no le privó de seguir vinculado al deporte que tanto le apasionaba: "Ahí empecé a hacer los cursos de entrenador y hasta ahora". 15 temporadas como jugador, 22 ejerciendo como entrenador, 16 años como seleccionador de la Selección Vasca, 15 como integrante de la secretaría técnica y dirección deportiva le convierten, sin duda, en una auténtica enciclopedia futbolística que día a día va enriqueciendo porque "siempre puedes aprender algo más".

Su memoria es infalible. A lo largo de la conversación van surgiendo nombres y siempre sale a relucir alguna anécdota con él presente, así como la imagen que le acompaña a diario en su cartera: una foto de la plantilla de la Real Sociedad de la temporada 1995-96. Aquella temporada, Etxarri compartía sus funciones en los despachos con el trabajo de campo con una plantilla de la que han salido "magníficos entrenadores" como Unai Emery, Imanol Alguacil, Javi Gracia, Karpin, Roberto Olabe, Lumbreras, Alberto, Iñigo Idiákez o Íñigo Arteaga. Sabiduría y fútbol en estado puro que fueron reconocidos por la Federación Guipuzcoana de Fútbol que le concedió a mediados de octubre la insignia de oro en agradecimiento a su contribución tanto al fútbol de Gipuzkoa como a su trabajo en la federación.

¿Qué supuso para usted recibir este reconocimiento?

Una sorpresa y a la vez una ilusión tremenda. Llevo 63 años en el fútbol y cuando me lo dijeron comencé a recordar todos esos años, fui a ver mi primera ficha, que la tengo guardada y es del 2 de octubre de 1959, en aquella época jugábamos en la playa de La Concha. Desde entonces hasta que recibí el reconocimiento no paré de repasar mi trayectoria como jugador, de los profesores que tuve cuando me saqué la licencia de entrenador en la Federación Territorial y luego el Título Nacional, mi etapas como entrenador y en estos últimos años como profesor. ¡Qué recuerdos! Teníamos como profesores en aquella época a Miguel Muñoz, José Santamaría, Balmanya, José Luis García Traid...

¿Qué consejo le daría a los entrenadores que sueñan con llegar a la élite?

Han de ser apasionados del fútbol, te tiene que gustar mucho y tener paciencia, además de tener el apoyo familiar, porque sacrificas mucho tiempo que no estás con ellos. En mi caso nunca tenía la aspiración de entrenar en Primera División, mi ilusión era entrenar hasta los 50 años, tener esa mentalidad hizo que lo llevara mejor. Recuerdo que en mi etapa como Director Deportivo de la Real Sociedad advertí, cuando ya había cumplido los 50 años, que no contemplaran ponerme de entrenador, son muchos nervios y dejar cada jornada a 10 futbolistas fuera de la alineación titular cuando entrenan bien toda la semana... pues no es fácil. Ese era el mayor problema.

¿De qué está más satisfecho de su etapa como técnico?

Haber terminado en todos los lugares que he estado, tuve la suerte de encontrarme en el mundo del fútbol con personas que al final pasaron a ser muy amigos y realmente fue algo maravilloso. Es cierto que tampoco me moví demasiado, pero cuando uno está a gusto en un club su meta es mantenerse allí el mayor tiempo posible, por eso estuve 20 años en la Real Sociedad y 20 en la Sociedad Deportiva Cultural Michelín de Lasarte-Oria, llegando a jugar en Tercera División cuando únicamente había cuatro grupos en toda España. Mi afán era entrenar muchos años, incluso luego volví a dirigir al equipo juvenil de mi pueblo.

¿Por qué le apasiona la táctica?

Es curioso, la verdad. Mientras nos sacábamos el título, recuerdo que al Director de la Escuela de Entrenadores de 1978 le dijimos Xabier Azkargorta, que acabó siendo el número uno de la promoción y yo que si aprobábamos teníamos que ser profesores, yo me encargaría de la parte técnica y él de la táctica. Sin embargo, al poco tiempo de tener el título él se marchó al Gimnàstic de Tarragona, se incorporó Javier Vallejo, que en aquel momento prefería no dar la táctica, así que la asumí yo. Siempre recuerdo un dicho del bardo y poeta vasco José María Iparraguirre que decía: "da y extiende por el mundo el fruto de tu conocimiento". Y eso es lo que verdaderamente me ha marcado.

Desde entonces hasta ahora no creo que haya cambiado mucho la táctica, sí los sistemas de juego. He de decir que la táctica me gusta mucho, el hecho de ser perito industrial aparte de entrenador de fútbol me ha llevado a utilizar la física para dar contenido a la táctica. Tengo publicados dos libros: “Desarrollo de conceptos tácticos en diferentes sistemas de juego” junto al internacional Jesús Mari Zamora y uno en solitario “100 frases al pie”. Publicaciones: “Dirección Táctica Colectiva en el Entrenamiento y en la competición” y “Movimientos sin balón en la zona de Finalización” entre otras.

¿Cuál es su sistema táctico preferido?

He sido amante del 1-4-4-2 en rombo, pero posteriormente cuando dirigí a la SD Eibar, en aquel momento en Segunda División, opté por con tres centrales y jugábamos 1-3-3-3-1, un sistema que había utilizado Toshack con éxito en mi primera etapa en la Real Sociedad y que con un pequeño retoque al 1-3-4-2-1 nos convirtió en el equipo menos goleado de la categoría. En el fútbol llegué a utilizar las lecciones de física elemental: aplicación de la fuerza en el golpeo de balón, la materia es impenetrable y el objetivo con la colocación de los jugadores en el campo era cerrar la parte central.

En mi última etapa de mi carrera, con independencia del sistema que elegía, lo que siempre teníamos que tener en cuenta era tener un defensor más que los atacantes del rival. Por ejemplo, si el otro equipo jugaba con dos delanteros, nosotros pondríamos tres centrales. Y recuerdo que vino el seleccionador Santi Denia hace un tiempo a dar una ponencia a San Sebastián y dijo exactamente eso: La superioridad numérica en la zona central de la defensa es innegociable, pensamos igual.

Siempre he pensado que ser más ofensivo o más defensivo no te hace ganar, sino el nivel de los jugadores. Y ahí me permitiría dar un consejo a los entrenadores: el nivel de tus jugadores es lo que te ayudará en el trabajo como entrenador, ellos serán los colaboradores.