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Nico Williams y Lamine Yamal: piedra, papel o tijera

Los extremos, brillantes en la Eurocopa, han fortalecido su gran amistad en Alemania y contagian su energía al resto del grupo

 

España sonríe con Nico Williams y Lamine Yamal, emocionada la afición con el desparpajo y la osadía de sus dos extremos. Son, vistos los resultados, dos de las sensaciones de esta Eurocopa que tiene a la Selección en cuartos de final, contagiado el combinado nacional de esa energía juvenil de estos muchachos que no paran de disfrutar, da igual si es en el campo o fuera de él. Y ahí está el secreto.

Nico y Lamine mantienen una relación estupenda, fortalecida en Alemania esa amistad que nació en septiembre de 2023, la primera convocatoria del azulgrana con la Selección. Desde entonces, una confianza que ha ido a más y de la que se beneficia el equipo con dos flechas por las bandas.

Tienen los dejes propios de la edad, el lenguaje de unos chavales de 21 años (Nico) y 16 (Lamine, aunque el 13 de este mes cumple 17). Además, para todo recurren al “piedra, papel o tijera”, viralizada esa imagen en el césped de Colonia en la que se jugaban quién bebía del botellín de agua. Incluso para ver dónde se sienta cada uno en esta entrevista juegan, va en sus genes.

España baila con ellos, igualmente icónica esa imagen de los dos extremos danzando después del gol de Nico Williams ante Georgia en los cuartos de final. “Nos salió natural. Lo hablamos en el autobús, hicimos un baile que espero que le haya gustado a la gente”, cuenta Williams, Lamine interviene para desvelar que se mandan muchas cosas que ven en redes, así son las nuevas generaciones.

Mantienen un pique sano para todo, hasta para decidir quién baila mejor o quién es el padre de quién. Pero, entre bromas y vaciles, también hay tiempo para la seriedad. “Es muy buen chaval”, dice Lamine sin titubeos. Y le corresponde Nico, que revela que fue Balde quien les presentó. “Me dijo que había salido un chaval de las categorías inferiores que era muy bueno. Personalmente no le conocía. A raíz de ese día, congeniamos hasta el día de hoy”.

Saben que se habla de ellos, pero mantienen los pies en el suelo y no pierden la perspectiva de lo que realmente importa. “Sabemos que nuestra fortaleza es el equipo. No solo lo individual”, cuenta Williams. “Lo bueno de la Eurocopa es que acabas un partido y a los cuatro días tienes otro, solo piensas en fútbol. Y, al final, tenemos capitanes que no te dejan venirte arriba porque te ponen recto”, matiza Lamine, que vuelve a los piropos hacia su amigo. “Es un chaval acogedor, humilde, cariñoso. Es un buen chaval”.