La barrera está perfectamente situada a la distancia reglamentaria de 10 yardas (9,15 metros) e incluso salta como un resorte en cuanto el balón la sobrevuela.

Forman una fila de cinco figuras inanimadas, porque de estarlo girarían también al unísono para lamentar la precisión con la que Alejandro Grimaldo manda directamente a la escuadra sus ensayos de libre directo.

El lateral izquierdo exhibe ante la cámara una zurda portentosa junto al capitán Álvaro Morata y Álex Baena, con quienes, medio en broma medio en serio, estudian las posibilidades que para el juego supone la maestría lanzadora del valenciano.

La escena ha significado un colorido colofón al trabajo de los internacionales durante la mañana del viernes en Donaueschingen, víspera de su desplazamiento a Colonia para encarar allí ante Georgia los octavos de final de la Eurocopa.