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03 Octubre 2015

Descubre quién fue Ramón Cobo, cuyo nombre designa unos prestigiosos premios

Todos los años se entregan unos galardones de enorme prestigio que llevan su nombre. ¿Pero sabes quién fue Ramón Cobo?

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, fue quien mejor lo definió como hombre y como profesional: “Valiente futbolista, hombre justo”, dijo de él, el día de su funeral.

Ramón Cobo fue un futbolista que se dio a conocer como defensa del Atlético de Madrid y que luego llegó a ser presidente del Comité Nacional de Entrenadores de la Federación Española de Fútbol (FEF). 

Cobo nació en Madrid el 5 de julio de 1928 y comenzó a jugar en su barrio para vestir después los colores del Ventas de Primera Regional y del Atlético de Madrid, donde militó ocho temporadas, entre 1950 y 1958.

Más tarde jugó en el Elche y el Sporting de Gijón, para, a continuación, incorporarse de nuevo al club rojiblanco y colgar las botas en el Rayo Vallecano. Como futbolista, Cobo era muy polivalente y llegó a jugar de delantero y de lateral izquierdo. Con los rojiblancos, Cobo fue campeón de Liga en la temporada 1950-51 y subcampeón en la de 1957-58.

Después se convirtió en entrenador y dirigió a varios clubes en Primera y Segunda División: entre ellos el Rayo Vallecano, Recreativo de Huelva, Racing de Santander, Tenerife, Oviedo, y Murcia, y finalizó en el segundo equipo del Atlético de Madrid. 

Finalmente, pasó a formar parte del Comité Madrileño de Entrenadores, donde fue Vicepresidente durante cuatro años y Presidente durante ocho. Hasta su fallecimiento ejercía como Presidente del Comité Nacional de Entrenadores, cargo que ocupó desde 1993 hasta 2009.

La revista de la RFEF, “Fútbol”, retrataba a Ramón Cobo de esta manera con motivo de su fallecimiento: “Fue como jugador lo que fue como persona. Apasionado, vehemente, hombre de corazón, sin dobleces… Recio y decidido, siempre fue difícil de sobrepasar. Tampoco en la vida civil lo sería… Tenía una demostrada pasión por el fútbol y era partidario de que sin conocimiento de toda índole no se podía triunfar. Era un hombre exigente consigo mismo y con los demás… Odiaba los subterfugios y se veía que lo  sentía y lo que defendía. En su mirada clara nunca se dibujó otra cosa que la determinación. En sus gestos, la firmeza de un hombre de carácter y de muy fuerte personalidad".

Falleció el 13 de agosto de 2009, en Madrid, cuanto contaba con 81 años.