El verano perfecto de Álex Baena

En Berlín y en París, la sonrisa de Álex Baena, doble campeón en un verano para la eternidad. Primero fue la Eurocopa, la cuarta para la colección, y luego llegó el oro olímpico, segunda medalla para la gloria de España después de aquella fiesta en Barcelona 92. En ambas gestas estuvo este andaluz que ha empezado la temporada de maravilla, rey de las asistencias y de nuevo en la lista de Luis de la Fuente para los compromisos de esta ventana de octubre ante Dinamarca (sábado 12, en Murcia) y Serbia (martes 15, en Córdoba), ambos de la fase de grupos de la UEFA Nations League.
“Ha sido un verano superbonito, muy exigente. Va a ser muy difícil de superar en mucho tiempo, ojalá cada verano se pueda conseguir una medalla con España”, relata Baena en su trayecto a Las Rozas con las dos medallas colgadas del pecho, orgulloso y feliz como lo está su gente de él. “Todo lo que consigo lo guarda la familia, son los que me acompañan a todos los momentos buenos que tengo. Y, como son los que también me acompañan en los momentos más duros, son los que se merecen lo que estamos viviendo. Guardan todo lo de valor sentimental”.
Lo dice porque lo siente y porque está especialmente unido a su madre, un pilar fundamental en su vida. “Siempre lo digo, sin mi madre y sin mis hermanos no estaría donde estoy hoy y no hubiese conseguido lo que he conseguido. Somos cinco hermanos, pero que se te vaya un hijo a los diez años es muy duro. Ella ha sido la que en muchos momentos de bajón me ha dado fuerza, no me ha dejado bajar los brazos, lo debe todo”.
En la memoria tiene grabados todos los momentos de esa Eurocopa y de los Juegos, y en su piel ya lucen esos trofeos imborrables, “Lo primero que hice al llegar a Castellón fue tatuarme la Eurocopa y los aros de París. Tengo 20 o 25, no serán los últimos porque espero tatuarme más cosas con España”.
Tiene, con solo 23 años, un futuro esplendoroso por delante, pieza básica en el Villarreal y con protagonismo en una Selección de la que habla maravillas. “Una de las claves del éxito de Alemania fue el grupo, no hubo un mal rollo en los 45 días que estuvimos juntos. Todo eran risas, buenos momentos, nos ayudábamos… La palabra que nos define es familia”. Y, visto está, Álex Baena no habla de familia a la ligera, él, más que nadie, sabe lo que significa.