La noche histórica de Pol Arnau en Las Gaunas
El jugador de la UD Logroñés protagonizó una actuación memorable bajo palos y alarga su idilio con la Copa del Rey
Difícilmente podría haber elegido un mejor guion para su segunda noche copera. A sus 19 años, Pol Arnau Camacho puede presumir de haber escrito su nombre en una de las páginas más bonitas, a la par que rocambolescas, de la historia reciente de la Copa de SM el Rey.
Transcurría el minuto 102 de partido ―el 12' de la prórroga― en el partido de segunda ronda que enfrentaba a la UD Logroñés y al Girona FC en el Estadio de Las Gaunas. En una acción fortuita entre Cristhian Stuani y el portero local Enrique Royo, el arquero tuvo que abandonar el césped en camilla tras sufrir un golpe en la cabeza. En ese momento, el técnico de la UD Logroñés, Sergio Rodríguez, ya había realizado las seis sustituciones reglamentarias, por lo que un jugador de campo debía ocupar la meta durante el tiempo restante ―al menos, 18 minutos hasta cumplirse el 120'―.
Fue entonces cuando el lateral izquierdo Por Arnau, quien ya fue el héroe de la hinchada local anotando el gol decisivo en la primera eliminatoria ante la SD Eibar, tomó la iniciativa y pidió adueñarse la portería. Se puso los guantes y la camiseta de su compañero Álex Daza, en el banquillo, y se dirigió hacia la portería, su nueva aliada, mirando hacia el cielo.
Pol es hijo de Francesc Arnau, exportero de FC Barcelona y Málaga CF e internacional con las categorías inferiores de la Selección española, fallecido en mayo de 2021. Su madre, María José Camacho, también fue futbolista de Primera División y jugó en equipos como el Barça y el Málaga entre otros.
Pol Arnau realizó varias intervenciones de mérito durante la prórroga y detuvo un penalti, a la postre decisivo, ante un equipo de Champions League como el Girona FC. Su parada al lanzamiento de Abel Ruiz, unida al posterior gol de Yasin Iribarren, supusieron el pase a dieciseisavos de final de la UD Logroñés e hicieron estallar de júbilo a los aficionados locales.
Tras el pitido final, Pol alzó sus dedos índices al cielo a la vez que todos sus compañeros corrían para fundirse en un abrazo con él, de nuevo héroe en la Copa del Rey. Abrazos, besos y un manteo tras el que el jugador no pudo aguantar las lágrimas, presa de la emoción del momento y del recuerdo de su padre, que tantas noches mágicas protagonizó entre los palos de una portería. Una imagen a la que la afición de Las Gaunas brindó la mejor de las bandas sonoras: un canto unánime coreando el nombre de Pol Arnau.
📸 Foto: @UDLogrones