Además de que, cuando se construyó allá por 1987, su estructura se inspirase en el Mini Estadi barcelonés, el estadio de Castalia nació como homenaje al viejo recinto del mismo nombre que recuerda al nombre ibérico de Castellón, el lugar, según el geógrafo griego Estrabón, donde estaba ubicada la fuente de las musas.

Y lo cierto es que algo de búsqueda de la inspiración que sólo las musas del fútbol pueden proporcionar ha tenido el encuentro ante San Marino disputado en el estadio de Castalia.

España llegaba a la capital castellonesa con la inaplazable necesidad de lograr, no sólo tres puntos, sino la moral suficiente para acometer la trascendental empresa de Malmö frente a Suecia con las garantías suficientes de sacarla adelante.

Y a fe que lo demostrado por los hombres de Celades sobre el césped castellonense hace ser optimista a una afición que, con Manolo el del bombo a la cabeza, ha disfrutado con el juego y los goles de los Sub-21.

Un incisivo Gerard Deulofeu -que este jueves ha igualado el récord de internacionalidades en la categoría- por la derecha era quien generaba peligro de inicio para los remates de Santi Mina, Óliver Torres y Munir, estrellado contra el poste sus primeros remates.

La comunión con el público castellonense ha sido total en el regreso de la Sub-21 a Castalia

La lata quedaría abierta finalmente gracias a un cabezazo del chiclanero Diego González quien el día de su debut en la categoría conectaba un certero cabezazo a los doce minutos haciendo bueno el laboratorio de Celades.

A partir de ese momento el orden defensivo visitante se deshizo un tanto y los goles llegaban con facilidad con un inspirado Munir el Haddadi a quien las musas le eran tan propicias como al arte de Óliver Torres en la asistencia a Santi Mina, quien firmaba el cuarto de España justo antes del descanso.

En la reanudación el ritmo decrecía notablemente, aunque las ocasiones seguían cayendo del lado de una Selección donde los delanteros Iñaki Williams y Borja Mayoral, además de Samper, disfrutaron de minutos.

Precisamente era el delantero de Parla, primero y luego el atacante vasco los encargados de culminar la goleada en los últimos minutos entre los cánticos del público castellonense.

Era el broche perfecto en el regreso, once años después, de la Sub-21 al feudo orellut. Ahora toca rematar la faena este lunes en Suecia para encarrilar la clasificación. Ojalá que las musas de Castalia acompañen hasta Malmö a las jóvenes y talentosas estrellas españolas.