España Sub-21 de Fútbol Sala dio primero en los amistosos de Braganza ante Portugal y desarboló a los locales en la primera mitad gracias a su ambiciosa presión para situarse con una renta de tres goles, 1-4, que no perdería ya en el encuentro. Darío. Manu, Juanan y Cristian harían diana aprovechando los dos últimos el acierto en la presión en cancha contraria. Ni siquiera el juego local de 5x4 en los últimos cinco minutos incomodó a los solventes jugadores de Fede Vidal.

El partido comenzó de cara para los portugueses, que marcaban a los 30 segundos por medio de Carlos Fonseca después de una contra tras ocasión española, pero el equipo español no se asustó y empezó a mandar sobre la pista. La Sub-21 estuvo muy metida, intensa, con una presión alta que dificultó la circulación de balón de los jugadores portugueses. Llegaría pronto el 1-1 en una acción por la banda de Darío finalizada con un potente disparo. Corría el minuto 5 y la moral se disparó.

El pívot Sub-19 Manu (Las Rozas Boadilla) haría enseguida el 1-2 y en los cinco últimos minutos de la primera mitad, España tomó tierra de por medio. El ala de ElPozo Darío haría lucirse al meta Leandro y mandaría otro disparo a la madera tras jugada de estrategia en tiempo muerto de Fede Vidal. El último minuto visitante sería de locura. España hizo dos goles en diez segundos, gracias a una presión en campo rival que permitió a Juanan (Valdepeñas) y Cristian (Ciudad de Móstoles) llevar el 1-4 al descanso. La actitud de los hispanos, muy metidos en el partido, ponía contra las cuerdas a los jugadores de José Luis Mendes.

Portugal trató de dar una vuelta de tuerca a la situación, pero España siguió muy cohesionada. De hecho, la primera gran ocasión de la segunda mitad fue de Juanan (minuto 27). Tres después, Mario Almagro sacó bajo los palos una clara opción local en una falta. El técnico local trató de dar un giro al asunto sacando portero-jugador en el minuto 35. Los jugadores de Fede Vidal se defendieron a la perfección y llegaron indemnes al final del partido. En 21 horas, segundo capítulo en Macedo de Cavaleiros.