Lleva días la ciudad polaca de Gdansk -la histórica Danzig cuando era una urbe alemana- llena de seguidores de los Guns N´ Roses porque da la casualidad que el grupo californiano ofrece un concierto de su gira europea a la misma hora que los Sub-21, concentrados aquí desde hace una semana, juegan su segundo y decisivo partido en el Campeonato de Europa.

Así que esta semana han sido frecuentes las escenas de las jóvenes estrellas españolas paseando a la ribera de los canales junto a fans con estampados de pistolas, calaveras y los icónicos manojos de rosas de la banda de Axl Rose. 

La escena, incongruente a primera vista, toma un nuevo significado al ver cómo esta generación de futbolistas han sellado su clasificación para semifinales del Europeo en un complicadísimo grupo, donde sólo el primero obtiene su billete y en sólo dos encuentros ante las dos selecciones con mejor racha del viejo continente.

Puro heavy metal deportivo con un segundo acto ante la invicta Portugal de Rui Jorge que ha exigido lo mejor a los pupilos de Albert Celades.

La eficacia atacante y el orden táctico han vuelto a ser las señas de identidad del equipo de Celades

El técnico catalán ha optado por el mismo once que goleó a Macedonia con los cambios de Ceballos y Jonny por Denis Suárez y Gayà buscando contener la velocidad y el virtuosismo con la pelota de los lusos.

A los tres minutos Ceballos ya había provocado una amarilla después de recibir una cuantas faltas y poco tiempo después Daniel Podence se topaba con el palo en un remate franco desde la frontal.

Sufría España como se acostumbró a hacerlo durante el clasificatorio y fue ahí donde Saúl Ñíguez tiró de galones para marcarse un eslalon portentoso, dejando a cuanto rival le salió al paso para poner la pelota mansamente a la derecha de Bruno Varela.

Todo el mundo tiene un plan hasta que le dan el primer puñetazo es el lema de Mike Tyson, otro acérrimo seguidor de los Guns N´ Roses, y Portugal acusaba el suyo hasta casi dejar franco el partido para los Sub-21 con sendos remates de Bellerín y Sandro que se encontraban con el portero y la cepa del poste respectivamente.

Con ventaja mínima para España nos íbamos al descanso y en la reanudación los de Rui Jorge salían decididos a restablecer las tablas  y apunto han estado en un primer cuarto de hora eléctrico.

Pero estos Sub-21, como los Guns N´ Roses, saben cambiar el paso cuando es necesario y en una contra brutal como un riff hipnótico Deulofeu le servía en bandeja a Sandro Ramírez que completaba el acorde con el segundo temazo de la noche.

Portugal andaba herida, pero no muerta y Rui Jorge tocaba a rebato. La entrada de Bruma daba oxígeno a los lusos a los que una impresionante volea metía en el partido en el último tramo.

España supo entonces jugar con la ansiedad rival hasta que en el último acorde del concierto Iñaki Williams hacía el tercero y definitivo que deja a España en semifinales.

Justo premio para una generación que ahora llega con Appetite for destruction a dos partidos del título, y con un juego que sigue siendo tan fresco como el brillante cielo azul. 

Foto: uefa.com