Misión cumplida. España deja Ceuta con goles, espectáculo y la seriedad que demanda el cambio de técnico. Son meses complicados por la ausencia de competición oficial, pero los de Fede Vidal se lo han tomado muy en serio. El Mundial 2020 está muy lejos, pero ya en la mirada. El 13-1 a Dinamarca, superior en goles y juego al de la víspera, se cimentó gracias a la eficacia inicial en los córners: cuatro de los seis primeros tantos llegaron así. En la segunda parte, los hispanos hicieron lo que quisieron. Sobre todo agradar a un público alucinado con su nivel. 

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España no dio opción desde el principio a Dinamarca. Su aparición en el partido fue mucho más fulgurante que la de la víspera, mientras su rival salió despistado y lo pagó caro. Para el minuto 3, ya había encajado tres goles de estrategia: dos clásicos latigazos de Aicardo, que pudo marcar un tercero segundos más tarde, y otro de Sergio Lozano. La diferencia de concentración (unida a la de nivel) era abismal. Pola estuvo a punto de hacer el cuarto tras un destello de calidad, regate al portero incluido.

Rafa Usín cazó una gran volea para hacer el quinto, demandado desde la banda por Fede Vidal en una jugada ensayada de córner.

Álex en las rotaciones por las molestias de la víspera, el juego entró en una fase sin sustancia. España se sentía tan superior que hasta se cargó con cinco faltas a la media parte. Se concentró y no hizo la sexta. Hasta que Miguelín aceleró una pelota y Aicardo regaló a Fernan el 4-0. Dinamarca despertó de su letargo y obligó a Barrón a una parada a El-Ouzz. En la siguiente acción, no pudo frenar a Falck.

Rafa Usín levantó al público dos veces en ese tramo con su zurda de oro. A la segunda, cazó un voleón de córner lanzado por su compañero de Osasuna Eric Martel. Imparable para Haagh. Llevaba jugando cómodo varios saques de esquina hacia la frontal España y Fede Vidal pidió variedad. Usín hizo buena la pizarra.

Faltaba la segunda mitad, que ya en la víspera se había hecho larga a los nórdicos. Hacía menos calor en Ceuta, pero la cabeza podía pesarles. Gota a gota, fueron cayendo los goles. El primero fue de Pola, cómo no de córner a pase de Bebe. El séptimo, en propia puerta, de Corlu. Dinamarca probó el juego de cinco intentando robar el dominio a España. Daba igual. Una nueva arrancada de Miguelín acabó en las redes.

No tenía intención de bajar el pistón y a ocho minutos del final ya había superado el 10-1 del día anterior. Sergio Lozano soltó un obús imposible para Andersen, Eric Martel y Adolfo se unieron a la fiesta... Dinamarca sacaba bandera blanca, pero los de Fede Vidal apretaban sin piedad. La versión española fue mucho más compacta que la de la víspera y los de Nicolaj Saabye no dieron la talla. El colofón parecía otro voleón de Eric Martel, que parece llevar toda la vida en la Selección y es un recién llegado. Pero faltaba el decimotercero y último, de Pola. La grada enardeció. 
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