En su viaje hasta Malmö la Selección Española Sub-21 tomó tierra en la capital de Dinamarca, Copenhague, y de ahí tuvo que cruzar el descomunal puente de Öresund, levantado sobre el mar Báltico a través de casi ocho kilómetros de autopista y vía férrea, lo que le convierte en el puente combinado más largo del mundo.

De trazar puentes hacia la clasificación del Campeonato de Europa se trataba en este viaje sueco para los Sub-21, sabiendo que una derrota en Malmö conllevaría hundirse definitivamente en el océano de la eliminación, mientras que un buen resultado encarrilaría muy mucho camino hacia la fase final.

Con ese último objetivo Albert Celades presentaba un once con cuatro novedades respecto a la de Castalia. -Pau, Jonny, Gayà y Saúl Ñíguez- que suponían reestructurar la línea defensiva de la Selección.

Las permutas hacían su efecto de inicio y España era capaz de dominar de inicio el potente mediocampo nórdico para reclamar el balón como el suyo.

Sin demasiadas oportunidades en el tanteo inicial, las internadas y centros de Deulofeu comenzaban a llevar peligro a al área local, sobre todo en un remate de Munir antes del ecuador del primer acto.

Un desafortunado rebote en los últimos minutos dejaba el partido en tablas al final

Suecia por su parte lo intentaba en las jugadas a balón parada con un cabezazo del central Une Larsson como mejor argumento durante los primeros 45 minutos. 

Pero era tras la reanudación cuando el escenario daba un giro copernicano gracias a la conexión diestra entre el lateral Héctor Bellerín y el extremo Gerard Deulofeu, quien con un oportuno desmarque aprovechaba el servicio del de Calella para batir por bajo a Erlandsson. 

Era el pilar que España necesitaba para trazar el puente deseado hacia la clasificación y sobre él los Sub-21 se asentaban a la perfección sobre el terreno de juego, tocando en el centro del campo y llegando con peligro desde segunda línea con claras ocasiones como las de Óliver Torres y Mikel Merino.

Sin embargo el ansiado segundo gol no llegaba y en una contra fulgurante los nórdicos encontraban el premio en forma de penalti a falta de cinco minutos.

Kristoffer Olsson lo mandaba al larguero, pero justo en la acción siguiente ponía el balón en el área pequeña donde un desafortunado rebote hacía que Saúl Ñíguez introdujese el balón en la portería de Pau López.

De esta forma Suecia rescataba un punto y España tenía que conformarse con firmar unas tablas que le hacen seguir dependiendo de sí misma para clasificarse. El puente hacia Polonia 2017, más largo aún que el de Öresund, queda tendido, pero aún debe ser flanqueado por los Sub-21.