Con mucho respeto, altamente concentrados y midiendo al centímetro cada jugada. Este es el arranque del encuentro. Los dos equipos son sabedores de que este último test va a quedar presente en la memoria hasta que empiece la competición. Así que no hay intención de cometer errores. En estas circunstancias son los detalles los que desnivelan la balanza. Y ahí, España tiene un plus de ventaja. La razón, las acciones de estrategia de las que tanto beneficio obtiene. En una de esas jugadas y gracias a un saque de banda, Jesús García finaliza al segundo palo, llevando el primer tanto al marcador.  

A medida que pasan los minutos, los dos conjuntos generan ocasiones de sobra. Pero son los jugadores españoles los que vuelven a celebrar otra buena acción en equipo. Néstor Valle dibuja un profundo pase en diagonal. Bernat Povill controla con la derecha y de puntera –en este caso la izquierda- coloca el balón en la escuadra para hacer el 0-2. Los portugueses no tienen tiempo para reaccionar, porque es Povill quien vuelve a tomar protagonismo segundos después. Un lanzamiento lejano de Jesús García es rechazado por el portero. Povill es el más rápido en reaccionar, empujando la pelota más allá de la línea de gol. 

A Portugal le cuesta. Ataca sin acierto en la finalización. Defiende, pero recibe un duro castigo. España cuaja una primera mitad muy completa en ambas porterías. El descanso hace que los dos equipos regresen con las fuerzas renovadas, deseando poner en práctica todo su fútbol sala. No obstante, la diferencia de goles obliga a los locales a dar un paso al frente. El equipo portugués adelanta la línea de presión y se emplea en cada jugada al límite. Con esa actitud y por méritos propios Portugal recorta distancias, a través de Tomas Paço. 

Con 1-3, Antonio Pérez desperdicia una gran oportunidad para aumentar la distancia. Aunque el esférico no entra, es un síntoma más de que el tanto recibido no varía los planes ni el planteamiento de juego español. Los locales acumulan cinco faltas tratando de parar el aluvión. Y ahí es donde vuelve a crecer la figura del jugador del Jaén Paraíso Interior. Pérez lanza desde los 10 metros y vuelve a ver portería. Es un especialista desde esa distancia y de sus imponentes zapatazos bien al tanto están los rivales.

Después esta de hoy se acabaron las pruebas. La selección española Sub-19 pone fin así a los partidos amistosos y de preparación que le han servido para ponerse a punto antes de la cita europea de Riga. Los pupilos de Albert Canillas y el resto de la expedición partirán en las próximas horas rumbo a Letonia. Jelgava será el destino elegido en donde continuar entrenando, antes de instalarse definitivamente en la capital letona para tratar de alzarse con el título continental.