Se abrió el sol en Buenos Aires después de dos días de viento frío y suave lluvia. Quizás sea todo un síntoma para que España cierre con pleno de victorias su primera impoluta fase ante la joven Trinidad y Tobago, sin tradición en el fútbol sala y que ha traído una plantilla con una niña de catorce años (Moenesa Mejías) y dos de quince (Roshun Williams y Maria-Frances Serrat). Es la apuesta por el futuro y el equipo del estadounidense Konstin Constantine ha ido creciendo en el campeonato: encajó de salida un 14-0 ante Thailandia, ganó 7-5 a Tonga y dio la cara ante la sorprendente Bolivia de María Gálvez, sólo cayendo en los últimos minutos (5-2).

Decíamos que hay rayos de sol y esperanza en España. Existe moderado optimismo de que Èlia pueda llegar a la semifinal del lunes. Antía también se encuentra mucho mejor y será decisión de Clàudia Pons si la reserva esta tarde (21 horas, en streaming por www.sefutbol.com) o le ofrece algunos minutos para que no pierda el feeling con la cancha. Es un partido para tomárselo con absoluta seriedad y preparar acciones tácticas de cara a la semifinal ante Portugal o Japón, que deciden el orden del grupo D a la misma hora en el Cenard. Se trata de una oportunidad para que las jugadoras que están en racha positiva la mantengan y el resto de suba al carro de las rotaciones.

Hay dos equipos en la delegación del COE, el de fútbol sala femenino y el masculino de balonmano playa. El segundo ya tiene medalla asegurada, ya que juega a la misma hora que las chicas de Clàudia Pons por la medalla de oro ante Portugal. Quizás sea toda una premonición sobre lo que pueda ser la final de fútbol sala. El director deportivo, Jose Venancio López, se incorpora mañana a la expedición y lo más probable es que lo haga al partido definitivo el presidente del Comité Nacional de Fútbol Sala, Pedro Rocha.