Andrea Fírvida, una árbitra capaz de tocar todas las teclas
La colegiada de Primera División realiza sus propias composiciones al piano y es suboficial del Ejército del Aire, además de cultivar otras muchas inquietudes
Algo tengo que decirte o me vas a hacer llorar. Alguien que te quiere bien, no te hace sentirte mal. El melancólico sonido del piano envuelve las estrofas compuestas y cantadas por Andrea Fírvida Fernández, quien este año cumple su segunda temporada como árbitra de Primera División Femenina.
La colegiada gallega afincada en Zaragoza es toda una mujer del Renacimiento en pleno siglo XXI, pues a su destacada figura impartiendo justicia en la máxima categoría o a las teclas de un piano suma sus galones como Sargento del Ejército del Aire en excedencia, la fundación de un grupo de rock, un pasado como futbolista o sendos campeonato nacionales militares de 1.500 metros y de pentatlón, entre otras inquietudes.
"Grababa ya en casete a los cuatro años y a los nueve años empecé a tocar el piano. A los diecisiete, me di cuenta de que debía dejar algo y opté por dejar el fútbol hasta que al año siguiente volví porque lo echaba de menos y mi elección fue el arbitraje, donde conocí a muchísima gente y le he disfrutado mucho desde entonces", explica Andrea, quien acaba de superar con nota un nuevo examen de pruebas físicas para las colegiadas de la máxima categoría.
A sus 31 años sigue cultivando de esta forma sus aficiones de siempre, capaz tanto de realizar el mantenimiento técnico a un A400, el avión más grande del Ejército, como de dirigir un encuentro de Primera División y cantarlo todo ello al terminar el día, componiendo al son de su piano.
Pero entre todo el ramillete de pasiones sobresale el pellizco del arbitraje, mirándose en el espejo de la ilusión perenne de las más veteranas: "Quiero y voy a ser como ellas", sentencia la colegiada.