El partido en el Arena de Belgrado comenzó con los nervios propios de una final. Las selecciones de Rusia y España se respetan y eso se dejó notar en unos primeros minutos de tanteo entre ambos equipos.

Un tanteo que a punto estuvo de desequilibrar Miguelín gracias a una impresionante chilena que golpeó en la cruceta de Gustavo de manera espectacular. El portero español Paco Sedano se lució minutos después con una gran intervención ante un peligroso disparo ruso y mantener el marcador inicial.

El partido se desniveló en el minuto 8'. Álex, el apodado "Diablo de Cieza", hizo justicia a su nombre de guerra anotando un soberbio golazo a la salida de un córner botado por Bebe. Su disparo con la derecha quitó las telarañas de la puerta rusa y subió el primer tanto para España.

Ese tanto del murciano abrió el apetito goleador de España. La intensidad inicial dio paso un doblete de Pola digno de una final. El internacional español robó dos balones en magníficas acciones defensivas culminando ambas jugadas con sendos goles y una acrobática celebración.

Entre medias, Mario Rivillos había enganchado una inapelable volea con la zurda a pase del capitán Carlos Ortiz. De esta manera, España llegó a los últimos instantes del primer tiempo con cuatro tantos en el luminoso. Solo Rómulo a falta de 17 segundos pondría una pega a la arrolladora primera parte del combinado nacional.

Tras el paso por los vestuarios, el partido continuó con el mismo guión. Los dos equipos seguían muy serios en defensa pero las pocas ocasiones que se vieron tras la reanudación eran españolas.

A falta de 10 minutos para el final, se movió el marcador pero no la diferencia a favor de España. Primero Miguelín tras un gran robo y posterior galopada anotó el quinto para el combinado nacional. Un instante después, Robinho hacía lo propio con un disparo cruzaba que dejaba el marcador en un 2-5 para los pupilos de José Venancio López.

Rusia no tenía opción dada la desventaja y siguió usando el portero-jugador. Es una táctica efectiva para anotar gol rápido pero muy peligrosa porque se deja la portería huérfana. El combinado ruso no consiguió marcar, pero Miguelín y Rivillos sí, subiendo al marcador del Arena de Belgrado un resultado de dos goles a siete.

​Un último gol de Milovanov no empañó la victoria de España. Un resultado que hace que la Selección Española de Fútbol Sala vuelva al lugar que por historia le corresponde, al trono europeo, al Olimpo continental.

¡¡¡CAMPEONES DE EUROPA!!!