Brasil se llevó el primer duelo ante España en un encuentro en el que lució pegada y la calidad individual de sus jugadores para decantarlo en la segunda parte, en la que mostró una gran efectividad.

Los España-Brasil, aunque tengan el cartel de amistoso y no haya un título en juego, siempre tienen algo especial. No es lo mismo salir del partido con una victoria o con el sabor amargo de la derrota y eso lo saben todos los protagonistas, que además en su mayoría se enfrentan año tras año en la Primera Federación Futsal.

Eso se notó desde el comienzo del partido, que tuvo ritmo en intensidad. España fue la primera que amenazó con un remate al palo de Mellado, pero Brasil también tuvo sus opciones. En ese ida y vuelta, Raúl Jiménez se topó con el larguero y Mínguez con Roncaglio, que le sacó dos remates seguidos.

El que sí tuvo acierto fue Rocha, que en una acción girándose hizo el 0-1. Un tanto que España encajó con entereza y al que no tardó en responder cuando Adolfo batió a Roncaglio con un tiro raso ajustado al palo.

Si en la primera parte hubo intensidad, en la segunda se subió un punto más, con tres goles en los dos primeros minutos. Esta vez fue España la que se adelantó, por medio de Raúl Gómez, pero la alegría no duró mucho y Dyego, con una acción de las que le caracterizan, logró el empate sólo 20 segundos después. Y 38 después, Marlon volvía a adelantar a Brasil con un gran taconazo. Fueron minutos en los que se encontraba más cómoda era Brasil, que en otra acción individual, esta vez de Ferrao, ampliaba la diferencia.

Los de Fede Vidal lo intentaron en la segunda, generando ocasiones aunque sin acortar la distancia. Pito, a falta de menos de cuatro minutos, puso un 2-5 que ya se antojaba imposible de remontar. España lo intentó con el juego de cinco, pero no pudo acortar distancias, ni siquiera en un penalti en el último segundo que Chino estrelló en el larguero.