Cuenta un dicho popular que no hay que salir del puerto si las nubes no corren con el viento. Croacia llegaba al partido ante España con las corrientes de aire a su favor: liderato en mano y ventaja de jugar bajo el amparo de su afición.

En cambio, la Selección nacional ha conseguido detener los soplidos de Céfiro y lograr una gran victoria en la ciudad portuaria más importante del país croata, Rijeka.

El partido arrancó con alternancia en la posesión para ambos equipos. A los pocos minutos Kepa tuvo que mandar a córner un gran disparo de Pjaca. En la siguiente jugada, el capitán Deulofeu a punto estuvo de adelantar a los de Albert Celades con un mano a mano que no supo convertir.

Tras esa ocasión, España se hizo con el control del balón y casi marca repitiendo la jugada de pizarra que vimos en Almería ante Georgia. El gol se acercaba y no tardó en llegar. Pasado el primer cuarto de hora, solo un claro penalti de Kolinger, que resultó expulsado, impidió perforar la red a Iñaki Williams. El encargado de materializar el tanto fue un muy activo Gerard Deulofeu, engañando a Livakovic y anotando su quinto gol en esta Fase de Clasificación para el Europeo de Polonia 2017.

Con el tanteo en contra, Croacia se sacudió un poco el dominio e intentó sin suerte acercarse al área defendida por Kepa. Fue el combinado nacional español el que, sin embargo, aumentaría su ventaja antes del descanso. Dani Ceballos asistió desde la banda derecha a Marco Asensio, quien batía de tiro cruzado desde del punto de penalti de nuevo al guardameta croata para llevar a su equipo con dos tantos de renta a los vestuarios.

El arranque de la segunda parte trajo un nuevo tanto para el combinado que dirige Albert Celades. Deulofeu, siempre atento, recogió un arriesgado pase del portero Livakovic para anotar el tercero, el segundo en su cuenta. Pese a la goleada adversa, Croacia no bajó los brazos y recortó distancias en el minuto 64' gracias al rechace de una falta en la frontal que Pasalic, el pichichi balcánico, mandó a la red a puerta vacía.

Espoleados por el gol y por una afición que despertó en la segunda parte, los croatas se volcaron sobre la portería. Gracias a su ímpetu, los balcánicos anotaron el segundo mediante un penalti muy discutido de Jorge Meré, que le costó la roja, sobre Tudor que transformó Radosevic.

Croacia mandó dos balones a los palos en el descuento, pero por suerte para España, el gol balcánico no llegó, llegando final del encuentro con una muy trabajada victoria y un merecido liderato para la Selección española Sub-21 en Rijeka.