Si someterse a un derbi mediterráneo en la Eurocopa marca el destino de España durante el presente siglo, lo visto este jueves en Gelsenkirchen podría aventurarse como el preludio de algo muy grande que está por venir.

España ha realizado una soberbia exhibición de fútbol ante la vigente campeona continental y cuatro veces ganadora de la Copa del mundo a la que ha desdibujado hasta hacerle veinte ocasiones de gol por un único tiro entre los tres palos de los transalpinos.

De inicio, Luis de la Fuente optaba por repetir el mismo once que goleó a Croacia hace cinco días, con el único cambio de Laporte por Nacho en el centro de la defensa.

Alérgica a los minutos de tanteo, la Selección ha salido ansiosa por llevarse el partido y con una irrenunciable voluntad dominadora que a punto estaba de adelantar a España antes de los dos minutos con un centro de Nico Williams desde la izquierda y cabezazo final de Pedri para despeje del meta Donarumma, de largo el mejor futbolista hoy en la Azzurra. 

Situación de juego como la presión alta o la recuperación tras pérdida eran ejecutados primorosamente por los internacionales españoles, con la dupla Rodrigo-Fabián imperial en mediocampo y los extremos generando peligro en cada acometida.

Así, los intentos se sucedían con Nico cabeceando fuera por poco un centro de Morata y el madrileño y Fabián topándose con las inspiradas manoplas del portero italiano.

La Selección jugará el lunes frente a Albania y el domingo 30 de junio afrontará los octavos de final en la ciudad de Colonia ante un rival aún por determinar

Con un dominio apabullante nos íbamos al descanso y tras la reanudación se mantenía el escenario con Pedri rondando el gol tras un servicio de oro de Marc Cucurella.

Era el anticipo del gol del encuentro llegado tras rondar tanto el cántaro la fuente de la portería italiana que un defensa azzurro como Riccardo Calafiori acabaría rompiéndolo con su despeje involuntario a las mallas tras centro de Nico Williams y prolongación de Morata.

El tanto insuflaba mayor calma a la Selección, que se gustaba por los costados y cerca estaba de ampliar la renta con un lanzamiento parabólico de Lamine Yamal primero y poco después con un chut antológico a la cruceta de Nico Williams, distinguido con el premio a mejor jugador del partido.

El electrónico llegaba ajustado sin embargo al tramo final y ahí Italia recurría a su orgullo aristocrático para poner en problemas la portería de Unai Simón, bien guarecido por la defensa española, mientras que Ayoze se volvía a topar por dos veces contra Donnarumma en la prolongación.

Victoria corta a la postre a tenor de las ocasiones, pero deslumbrante en lo que a juego se refiere y que catapulta a la Selección hacia los octavos de final del domingo 30 de junio en Colonia y ante un tercer clasificado de grupo. 

Antes, espera Albania el lunes en Düsseldorf como regalo añadido para los miles de aficionados españoles que con sus olés disfrutan desde la grada unidos a los internacionales mientras éstos bordan su faena sobre el césped. 

Una preciosa imagen de comunidad con la que España está enamorando a propios y extraños, encarando un esperanzador horizonte con las alas puestas para volar hasta lo más alto en esta memorable Eurocopa.