No pudo ser. España se quedó con la miel en los labios y perdió la Finalissima ante Portugal en la tanda de penaltis. Los lanzamientos detenidos por Edu dieron la victoria a Portugal, que mantiene su hegemonía. Los de Fede Vidal realizaron un buen partido y crearon ocasiones para haberse llevado el partido, pero faltó acierto y los lusos fueron mejores en la tanda decisiva.

El partido tuvo mucho de partida de ajedrez, con dos contrincantes que se conocen mucho y que tienen que calcular con mimo cada uno de sus movimientos. Tener un error supone demasiado castigo y forzarlo en el rival supone un gran premio. España fue la primera en amenazar, con un remate de Antonio Pérez. Portugal lo hizo con el siempre peligroso Zicky Té, que hizo intervenir en dos ocasiones a Jesús Herrero.

España se encontraba cómoda sobre la pista. Exigida, pero sabiendo qué hacer en cada momento y generando también ocasiones. Adolfo y Mellado inquietaron a los portugueses antes de que el gol llegase al filo del descanso. En el último minuto, un tiempo muerto dio sus frutos. En el córner consiguiente, Mellado adelantó a España tras el saque de Antonio Pérez.

En la segunda parte, con una tónica similar, Portugal no tardó en lograr las tablas en una acción de Afonso, que tras un robo batió a Dídac en su salida picando el balón. España respondió con una doble oportunidad de Mellado y Raúl Campos y Portugal volvió a amenazar con un disparo de Zicky Té al que Dídac respondió con un paradón. El partido entraba en el momento decisivo. El que marcase tenía mucho ganado.

Nadie lo hizo antes de acabar los 40 minutos y tocó ir al tiempo extra, donde Pany Varela generó la primera ocasión. La tónica no cambió, con ambos equipos llegando y minimizando los errores. Así se llegó a la tanda de penaltis, en la que Edu fue decisivo y dio otro título más a Portugal.