Portugal y España disputaban el primer asalto de los dos que tendrán lugar durante esta concentración del mes de mayo de la Selección Sub-19 en Vila do Conde, Oporto. Albert Canillas alineaba de inicio a Montero, Naranjo, Rivera y Eloy, con Mario bajo palos. En el cuadro visitante, eran Velho, Moreira, Rocha, Monteiro y Furtado los elegidos como titulares.

El choque comenzó muy intenso, pero eran los lusos los primeros en gozar de oportunidades. Furtado se aprovechaba de un fallo en un pase lateral para plantarse solo ante la portería, sin éxito. Minutos más tarde volvía a probar suerte, pero se topaba con Mario. En ese momento, Uge tiró del carro, siendo el que más peligro creaba por parte del combinado español. Pasaban cuatro minutos y daba contra el poste, y un minuto más tarde hacía trabajar a Tiago Velho.

Alcanzado el ecuador de la primera mitad, era España el que empezaba a dominar los espacios. Rivera disparaba duro a la salida de una falta que despejaba Velho. Uge, que seguía siendo un puñal, realizaba una excelente jugada individual por el carril derecho que por poco no inauguraba el marcador. El equipo de José Luis Mendes también lo intentaba, pero el disparo de Carlos Monteiro se marchaba alto. Ya durante la última jugada, Moñino buscaba a Espín en el segundo palo. El jugador juvenil de ElPozo se deslizaba por el suelo para intentar tocarla, pero no alcanzaba la pelota por escasos centímetros. Sonaba la bocina y los jugadores se marchaban al descanso.

Portugal volvía a pista con un quinteto totalmente nuevo, mientras que España solamente hacía un ajuste y Espín salía en el puesto que ocupaba Montero al inicio del encuentro. La tuvo clarísima nada más empezar, pero Mario, que estuvo inconmensurable, se hizo grande en un dos contra uno de Edmilson Sá y Xandoca. Era el turno de España y no perdonaba. Robo de Adrián Rivera y pase a Álex Naranjo dentro del área y buena definición del jugador de Noia Portus Apostoli entre el Pedro Ferreira y Edmilson Sá, que se chocaban.

Edmilson Sá robaría en zona adelantada tres minutos más tarde y anotaba con un disparo potente. Ambos empezaban de cero y regresaba la tensión al parqué. Ya a siete minutos del final, llegaba el golazo del partido. Moñino disputaba el balón con dos jugadores portugueses en el costado izquierdo. Se iba del primero cambiándose el balón de pie y del segundo con una maniobra similar fabricándose el espacio para apuntar al hueco que dejaba Pedro Ferreira entre las piernas. Mandaba España en el electrónico y el partido entraba en pausa, ya que el combinado español acumulaba cuatro faltas y no quería echar a perder el partido por alcanzar el bonus. Tocaba sufrir, y Rafael Freire se vestía de portero-jugador para  apoyar en las jugadas ofensivas del equipo local. Pero España se convirtió en un muro inexpugnable y logró adjudicarse el primero de los dos duelos que disputarán sentenciando a falta de catorce segundos con un pase largo de Mario que tocaba Freire antes de entrar. Mañana el segundo asalto.