España no tuvo un comienzo sencillo en la Ronda Élite. Tampoco es ninguna sorpresa. La República Checa, un equipo veterano y acostumbrado a este tipo de partidos, esperaba en una pista que le beneficiaba por su lentitud. Y a los de Albert Canillas les costó abrir la lata. Al final, el objetivo de la victoria se cumplió, pero hubo que sudarlo.

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El guión del partido estaba claro desde el inicio. Los checos, replegados atrás y buscando cualquier fallo de España, que se veía obligada a masticar y masticar las jugadas para encontrar los huecos. Cierto es que no le faltaron las ocasiones. En la primera parte remató en 21 ocasiones, ocho entre palos, y dispuso de 14 córners, pero le faltó acierto. Un balón que Holy sacó bajo palos cuando Adolfo remataba casi a puerta vacía y un disparo de Boyis tras una buena acción de Pablo Ramírez fueron las ocasiones más claras. Pero no era suficiente para ir ganando.

Curiosamente, hubo que esperar a un rechace para que llegase el primer tanto. Un córner sacado por Tomaz lo desvió Koudelka a su propia portería. Sólo 25 segundos después, Mellado robaba un balón y batía de un tiro cruzado a Vahala. Por fin los de Albert Canillas recibían el premio a su insistencia.

Sólo entonces la República Checa se decidió a dar un paso adelante, generando peligro y aprovechando algunos errores españoles. España tenía ventaja, pero necesitaba ampliarla para poder respirar más tranquila. El tanto llegó a falta de algo menos de seis minutos, poco después de que los locales apostasen por el juego de cinco. Adolfo, desde su campo, aprovechaba que la portería estaba vacía durante un cambio para poner el tercero.

Los checos mantuvieron su apuesta por el juego de cinco, pero ya con mucha menos fe, mientras España buscaba posesiones largas para que el tiempo corriera. Lo logró y se llevó los tres primeros puntos. En el otro partido del grupo, Italia -rival el miércoles en Guadalajara- venció a Eslovenia 3-1.