Jagoba Arrasate: “El entrenador debe mejorar cada día, mantener la pasión por lo que hace y ser paciente, hay gente que quiere ir demasiado deprisa”

Estar seis temporadas completas entrenando a un mismo equipo en la élite no es fácil, durante la travesía has de ir cumpliendo los objetivos año tras año, ser capaz de transmitir al grupo la pasión sin que sufra desgaste tu mensaje, tener la ambición de mejorar en cada curso y, sobre todo, en los momentos complicados donde pueden florecer las dudas, sentir la confianza con hechos de quienes toman las decisiones en la entidad. Todos estos ingredientes han caracterizado la etapa de Jagoba Arrasate como técnico del CA Osasuna, poniendo el punto y aparte a su relación con un emotivo homenaje en El Sadar, antes de emprender un nuevo reto en el RCD Mallorca.

“La confianza era mutua entre el club y nosotros, en los momentos complicados sacaron la cara por nosotros y eso también era un espaldarazo necesario. Hemos sido una familia”, afirma Jagoba, que se emociona al reencontrarse con personas que le han acompañado en este viaje, como Braulio Vázquez o José Antonio Prieto ‘Cata’. Tras 256 partidos, el técnico tomó la difícil decisión de finalizar su etapa como “rojillo”: “Lo más difícil en el fútbol es saber elegir cuándo ha llegado tu momento. No es fácil, porque cuando uno está cómodo y es feliz parece que eso va a ser eterno, pero no siempre es así. Le das muchas vueltas a la situación, pero cuando recibes un homenaje como el que viví yo todo cobra sentido y dices, qué bonito es el fútbol y que has acertado con la decisión. Al final eso queda ahí, nos vamos a otro proyecto, pero no soy de dar un portazo, prefiero dejar la puerta medio abierta para poder volver a un sitio donde he sido feliz”.

Desde que se cerró el telón, el entrenador de Berriatua (Vizcaya) ha participado en varias jornadas de Actualización y Reciclaje de Entrenadores compartiendo su experiencia, una de ellas organizada por la Federación Alavesa de Fútbol que congregó a más de 150 entrenadores. “Para mí es un éxito que haya este número de entrenadores presentes y a la vez indica la inquietud que hay, que mucha gente quiere ser entrenador y que quiere aprender. Para nosotros también es un orgullo porque en otras ocasiones hemos dado charlas a muy poca gente, con salas prácticamente vacías, y ver a 150 personas presentes es una gran alegría”.

¿Qué consejo les da a los entrenadores de cara a su futuro?

Lo más importante es que no pierdan la pasión por lo que hacen, es muy difícil este mundo, pero también hay gente que quiere ir demasiado deprisa. Mientras mantengas la pasión por lo que haces, lo que hay que hacer es estar preparado para cuando te llegue la oportunidad, que igual no te llega, pero si te llega, aprovecharla. Para eso hay que ser paciente y sobre todo mejorar cada día.

Un entrenador cambia de equipo, de contextos, de país... ¿Hay que implantar tu modelo o ser capaz de adaptarse?

Es la pregunta que nos hacemos siempre. Al final tú has de optimizar los recursos que tienes, todos tenemos una idea de juego en nuestra cabeza, pero hay que ver si la puedes llevar a cabo o no. En Pamplona fue un poco más sencillo para nosotros porque nuestra idea de juego casaba con lo que es Osasuna y quiere Osasuna, otras veces no va a ser así, entonces, más allá de tener nuestra idea nos tenemos que adaptar a los jugadores que tenemos para, entre todos, llegar a conseguir los objetivos.

Hacen referencia a que lo peor que puede escuchar un entrenador es que digan que el equipo no sabe a qué juega, que no sea reconocible, ¿por qué?

Es lo que más me fastidia, me pueden decir que soy mal entrenador, pero prefiero eso o que digan que me he equivocado a que no sepan por dónde respira. A nosotros nos gusta que el equipo sea reconocible, luego te puede gustar más o menos, pero que sea reconocible. Y para eso hay muchas horas detrás.

¿Cómo le gustan que sean sus equipos?

Siempre he mamado el fútbol del norte y creo mucho en eso, que consiste en no especular, en ir a por el rival, en vez de esperar a que las cosas pasen, ir a por las cosas siempre dentro de una idea de jugar en el campo rival, lo que siempre ha caracterizado a los equipos del norte.