En fútbol sala es habitual ver a los porteros con sus particulares vendajes en las manos. Unos los dedos, otros las muñecas, unos llenos de esparadrapo, otros con apenas unas pocas tiras... En la selección española, Jesús Herrero y Dídac Plana cumplen el ritual cada entrenamiento y cada partido. Unos minutos en los que refuerzan su propia seguridad y la de la portería española.

Dídac reconoce que la comodidad para él es algo clave. "En su día me dieron algunas pautas, pero lo hago a mi manera. Seguro que si lo ve un fisio, dice que está mal hecho, pero es como me siento seguro y cómodo. Creo que cada portero lo hace a su manera, más allá de las indicaciones que recibimos del staff técnico", señala.

El portero del Barça comenzó a cumplir este ritual en una edad tardía. "Desde que soy juvenil o así me empecé a vendar, de pequeño no. Conforme empiezan a chutar más fuerte viene bien para reforzar las muñecas. Después, según las lesiones, lo vas adaptando".