Con el billete a la siguiente fase en la maleta, como primera del Grupo E, la Selección Española de Fútbol Sala ha partido este martes desde Palanga a Vilna. El combinado nacional se ha despedido de la localidad costera en la que estaba alojado, igual que ha hecho también de la pista instalada por FIFA en el Klaipeda Arena. 

Al acabar líder, la Absoluta ya conoce el camino que tendrá que recorrer, si quiere bordar la tercera estrella sobre el escudo español. Un viaje que le lleva a su siguiente parada: enfrentarse a la República Checa -segunda clasificada del Grupo D- el próximo viernes 24 de septiembre. Un duelo a vida o muerte, como todos los que quedan por disputarse ya en el torneo mundialista, que se ha programado a partir de las 20:00 -19:00, hora peninsular española, GOL-.

El viernes a las 19:00 (hora peninsular española) partido clave ante los checos

A partir de ahora, Vilna y Kaunas serán las únicas dos sedes en donde seguirá rodando el balón. Si España consigue imponerse en su cruce de octavos, ya sabe que tendría que disputar el partido de cuartos también en el Vilnius Arena. Un enfrentamiento que le llevaría a medirse contra el vencedor del Portugal-Serbia -lunes 27 de septiembre, 16:30 hora peninsular española- Aunque para eso, primero hay que sacar adelante el pulso ante los checos. 

Y, precisamente, pensando ya en ese choque de octavos de final, la Selección se ha instalado en el nuevo hotel de concentración, después de completar por carretera los 330 kilómetros que separan Palanga de la capital del país. Un viaje en el que la expedición ha cruzado Lituania de punta a punta, con la ilusión de seguir acercándose al objetivo fijado: salir de Lituania como campeones del mundo.