Máxima emoción imposible en el cierre de los duelos ibéricos que los Sub-21 españoles y portugueses han protagonizado esta semana primero en Burela y este martes en la localidad coruñesa de Cerceda.

Tras la goleada hispana en el primer enfrentamiento los lusos supieron llevar el encuentro a una mayor contención defensiva que dejaban el marcador a cero después de los primeros veinte minutos.

En la reanudación proseguía la tónica, con la Selección dirigida por Federico Vidal impotente ante el orden portugués hasta que a falta de menos de tres minutos apareció Adolfo Fernández para inaugurar el electrónico.

La reacción portuguesa no se hacía esperar y tras gozar de buenas ocasiones Tiago Cruz encontraba el premio del empate con el que parecía que iba a concluir el encuentro.

Fue entonces cuando en el último suspiro el acierto de Juan José Camacho dejaba el triunfo en casa ante la decepción visitante que sin embargo puede estar satisfecho de la buena imagen dada en este doble duelo que evidencia el esperanzador futuro que gracias a estos jugadores tiene por delante el fútbol sala en la Península ibérica.