El seleccionador nacional, Luis Enrique Martínez, comparecía en rueda de prensa en el Estadio Khalifa decepcionado con lo que había visto sobre el césped, a pesar de recordar que “estamos clasificados para octavos, que era el objetivo”. “Yo no estoy nada contento”, señalaba, tras un encuentro en el que se dominó al rival durante 80 minutos pero frente al que se había perdido. "No tengo nada que celebrar, no celebro las derrotas". A pesar de ello, Luis Enrique quiso dejar claro que tiene “confianza plena” en sus jugadores: “Diez minutos de pánico no van a cambiar lo que pienso”.
El técnico resumía el encuentro de la siguiente manera: “En 5 minutos nos ha hecho dos goles y en 10 minutos nos ha desarbolado por completo”. “Hemos entrado en modo colapso; y, si hubieran necesitado meternos dos goles más, nos los hubieran metido”, reflexionaba. Todo ello, en una decena de minutos, tras el descanso al que se había llegado después de una primera parte muy distinta. Luis Enrique aseguraba que, tras el gol de Morata, no se había podido cerrar el partido pero tampoco se había sufrido en defensa.
La reanudación, sin embargo, tomó un cariz muy distinto, al darle Japón la vuelta al marcador e incluso haber estado España, durante tres minutos, virtualmente fuera de octavos. Por esos minutos se le cuestionaba al seleccionador, que señalaba desconocer tal circunstancia (Costa Rica vencía a Alemania 2-1 y dejaba fuera a españoles y germanos): “Me entero ahora. Me hubiera dado un infarto”, resumía.
Ahora, conseguido el objetivo de pasar a octavos, “mi trabajo como entrenador será levantar el ánimo a mis jugadores”, aseguraba el míster. Unos jugadores que saben que cuentan con la confianza de su seleccionador, a pesar de esos “diez minutos de pánico”.