Se esfuma el sueño del sexto Europeo (1-3)

El sexto tendrá que esperar después de que España fuera apeada de forma cruel por la siempre potente Inglaterra, defensora de la corona y con una plantilla de primer nivel. Otra vez los británicos se cruzaron por el camino y otra vez el resultado fue contrario, eliminando el combinado nacional antes de lo deseado pese a vaciarse hasta el último suspiro y merecer más visto lo visto en el segundo acto, de claro color rojo. En cuartos de final se acaba el viaje de este equipo que ha crecido mucho durante estos dos años, pero que chocó ante un ogro en una noche de escasa fortuna. Hay honor en la despedida. 

En el Anton Malatinský de Trnava, en el mismo escenario en el que el pasado martes se empató ante Italia, España, en una velada de contrastes, se ilusionó con una puesta en escena alentadora, dos minutos efervescentes en los que se dispuso de una ocasión de Diego López y de un penalti señalado por mano Cresswell, a la postre anulado porque Sozza, árbitro italiano, entendió que no era punible después de acudir al VAR. Un inicio con muy buena pinta antes del fundido a negro.

Porque pronto llegó el chasco, demasiado pronto.  Al cuarto de hora, la Selección se vio con un doloroso 0-2 en contra, un castigo durísimo del que costó un resarcirse. Primero marcó McAtee, muy vivo para empujar un balón muerto en el área tras un saque de esquina, y al rato llegó el segundo con la firma de Elliott, quien galopó para empujar la pelota después de un despeje de Iturbe al tiro lejano de Quansah.

España reaccionó, nada que reprochar al equipo, y fue ganando metros, cada vez más presente en campo inglés. En una de esas, Moleiro, pura magia, se adentró en el área y fue claramente derribado, penalti sin discusión. Javi Guerra lo ejecutó con su sangre fría habitual, un gol para la esperanza en el minuto 39. Y más con el arreón final antes del descanso, con aproximaciones de peligro del propio Guerra y de Turrientes que no acabaron de materializarse.

En la reanudación, al equipo no le quedó otra que dar un paso al frente, pero con cabeza. Sufrió en los primeros compases con alguna acción inglesa, pero apretó en busca del empate avanzando líneas y presionando y recuperando muy arriba. Para darle frescura al juego, entraron Jauregizar y Raúl Moro, España seguía con su plan.

Merecía el segundo por intensidad y por ambición y es incomprensible que no llegara en el minuto 61, una doble ocasión clarísima de Javi Guerra desbaratada por el meta Beadle después de una galopada genial de Moro por el flanco derecho. Y al instante, otra llegada de Mateo Joseph que acabó en las manos del portero. No quedaba otra que insistir, esa era la receta.

La Selección tenía completamente encerrada a Inglaterra, si bien esta inquietaba en alguna contra, y Denia dio entrada a Roberto, a Pablo Torre y a Jesús Rodríguez, dinamita y creatividad para seguir con vida en el Europeo. El técnico inglés, por su parte, protegía su cueva como podía. Y así, con el equipo de Santi Denia volcado sobre la meta rival, llegó la sentencia en el 94': Anderson, hábil desde el punto de penalti, engañó a Iturbe para establecer el definitivo 1-3.

A pesar del esfuerzo y de tanto sudor, España se va de Eslovaquia en cuartos, pero con la cabeza bien alta, eliminada después de un combate en donde lo intentó hasta la saciedad.