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Y la afición se hizo sentir

Respondiendo al llamamiento de Luis de la Fuente, el calor humano desbordó los espacios habilitados para seguir el entrenamiento de puertas abiertas

19 grados, ligera brisa y sol. Los clásicos del periodismo futbolístico hubieran definido la situación como “perfectas condiciones para la práctica del fútbol”. Si a ello le sumamos la circunstancia de que este lunes, 20 de marzo, era festivo en Madrid… el resultado es el de un día ideal para ver un entrenamiento de la Selección. Y el público ha respondido con creces en esta sesión de trabajo con puertas abiertas, ejemplo palpable de esa frase expresada por Luis de la Fuente: “Queremos sentir cerca a la afición”.

Ya a las 5 de la tarde, dos horas antes del inicio de la sesión de trabajo, la entrada a la sede de la RFEF comenzaba a teñirse de rojo. Las filas, sin excesivos problemas, mantenían el orden de llegada. Una hora después, a las 6, y algo antes de lo previsto para evitar excesivas aglomeraciones, se abrían las puertas. Los más valientes echaban una carrera para coger buen sitio; y grada del campo A de la Ciudad del Fútbol se llenaba a gran velocidad.  

Completado el aforo con asientos, se permitía al público asomarse al muro de hormigón que cierra el campo hacia el pabellón del fútbol sala. “Vaya éxito”, decía uno de los presentes a un trabajador de la RFEF que trataba de orientar a quienes accedían, al filo de las 7 menos 10, buscando los últimos huecos. Lleno también ese espacio del muro, con 1.500 personas dentro de la Ciudad del Fútbol, tocaba a los responsables de Seguridad de la RFEF dar a algunas personas la mala noticia de que ya no cabía más gente. “Gracias por venir, pero lo sentimos mucho, no hay sitio para mas”, repetían con una sonrisa y la impotencia de no poder dejar pasar a nadie, por muchas ganas que tuvieran - que las tenían -. "Ojalá hubiera sitio para todos" era el lamento más repetido. “Esto de las puertas abiertas hay que hacerlo siempre”, apuntaba un periodista. 

LA CRÓNICA DEL ENTRENAMIENTO, AQUÍ

Ímpetu desde el arranque

Seis minutos antes de las 7, saltaban al césped los jugadores. Gritos de ánimo, y algunos de histeria, jaleaban a los nuestros en su camino a su punto de reunión, en el centro del campo. Silencio (relativo) mientras Luis de la Fuente y sus jugadores disfrutaban de esa primera toma de contacto; y aplausos al disgregarse el grupo para empezar a calentar. 

Los estiramientos empezaban con dos minutos de adelanto sobre lo agendado. En la grada, los móviles se alzaban arriba, tratando de elevarse sobre las cabezas del resto de asistentes. En el muro, las manos se ponían de visera para evitar al sol, que empezaba a esconderse lentamente. 

Poco a poco, llegaba esa hora en la que las sombras se alargan y la grada tapa el sol en el campo A. Y, a pesar de dejar el césped umbrío, el calor no faltaba; era ese calor humano de la afición que no ha cesado, durante 45 minutos de entrenamiento, de gritar, animar y reclamar la atención de sus ídolos. Que no ha dejado de corear el nombre de cualquiera que se acercase al graderío, por ejemplo a usar una de las dos bicicletas estáticas ubicadas en la banda. Era ese calor humano de la afición cercana que había pedido Luis de la Fuente. Y los jugadores, al final del entreno, se acercaban a la grada a devolver ese calor con firmas, fotos y saludos. Objetivo cumplido. 

 

Así ha sido el entrenamiento