​España y Portugal jugaron un partido a cara de perro, como si les fuese ya el título de la Eurocopa. De amistoso no tuvo nada el encuentro de Granadilla, vivido con mayor pasión que en la víspera. Sabían que era el último duelo antes de Gondomar y se trataba de ganar la batalla moral. Se puede decir que las chicas de Clàudia Pons se la llevaron pese al resultado en contra (1-2), con un gol de Rute Duarte a 19 segundos del final. Las paradas de Natalina Silva le dieron la victoria. Está claro que si llegan juntas a la final, como se espera, decidirán los detalles. Las españolas se pueden ir tranquilas, pero pensando ya en Rusia.

Ampi entró en el partido como un trueno. Quien la ve jugar por primera vez no sabe si es derecha o zurda. En un minuto, soltó dos cañones tremendos. El primero, lo paró Ana Catarina con una extensión de pierna que obligó a atenderla. Segundos después, la de Arahal mandó a la escuadra un derechazo tremendo y lo celebró con algarabía. Había entrado mejor España en el choque.

Pero Portugal también tiene una cañonera: Carla Vanessa. Mandó con potencia una banda corta al área y Noelia Montoro, en su afán por despejarla, la mandó a las redes de Marta Balbuena, muy puesta en un partido de tamaña exigencia. El 1-1 cerró el encuentro y costó muchísimo abrirlo. Irene, que mandó a las manos de Ana Catarina un córner con todo a favor de Isa García, y Mayte Mateo, con un zurdazo al larguero a cuarenta segundos del descanso, estuvieron cerca del gol. Janice era, por su parte, el mejor argumento ofensivo de las de Luis Conceiçao.

Quedaba toda la segunda mitad y se vivió con gran pasión. No quitó la pierna nadie, pese al riesgo de estar la Euro a la vuelta de la esquina. Las porteras estuvieron en su sitio: Balbuena se quitó dos tiros de Fifó y, a partir de ahí, hubo un monólogo español de ocasiones. Natalina Silva lo paró todo. Sobre todo, hizo tres intervenciones tremendas a Berta y Vanessa Sotelo. Las dos últimas a esta, espectaculares, en un mano a mano y un lanzamiento de diez metros a romper. Sin embargo, cuando nadie lo esperaba, llegó el gol de Rute Duarte sin tiempo para reaccionar.