El toro rojo de Donaueschingen da la bienvenida a quienes visitan el Museo de la Selección

Cuando la Selección Española de fútbol llegó a la localidad alemana de Donaueschingen el 8 de junio de 2024, a su hotel de concentración, llamó poderosamente la atención la figura de un toro rojo - de 2x3 metros de tamaño y más de 100 kilos de peso de material cerámico - colocada en la entrada del complejo Der Öschberghof. Tanto a la expedición como a periodistas desplazados al lugar les sorprendió la presencia de aquel animal que, sin embargo, pronto hicieron suyo y convirtieron en todo un símbolo.

Con las victorias logradas en los diversos estadios, la estancia en el paradisiaco entorno de Der Öschberghof iba alargándose; y no fue hasta el 13 de julio cuando la Selección abandonó las instalaciones, rumbo a Berlín, donde jugaría la final que le convertiría en campeón de la Eurocopa 2024.

Entre ambas fechas, el toro cambió de posición: de la entrada del complejo, donde se ubicaba dando la bienvenida a los jugadores, pasó después a un hall distribuidor por el que nuestros internacionales accedían a su comedor. Y fue allí donde, al igual que se firmaban camisetas y postales, el toro fue recibiendo los autógrafos de los luego campeones.

Las 26 firmas estampadas sobre el material cerámico de color rojo dan, sin duda, un valor añadido a esta figura, que ahora ha sido trasladada hasta la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para formar parte de los fondos del Museo de la Selección.

Hasta que se defina su ubicación en las instalaciones, la imponente figura de este toro, convertida en un auténtico icono de la cuarta Eurocopa lograda por España, recibe ya a quienes visitan el Museo que la Real Federación Española de Fútbol tiene en su sede. Un museo en el que, por supuesto, también puede contemplarse el trofeo logrado en el Olímpico de Berlín, en esa final que ya forma parte de la historia de todo un país.