JJ. OO. París
Los Juegos Olímpicos de París 2024 vieron llegar la segunda medalla de oro de España en el Torneo Masculino de Fútbol. Una generación de 22 jóvenes futbolistas, cuyas edades oscilaban entre los 17 y los 24 años, se concentraron el 1 de julio en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas con el firme propósito, aunque todavía con categoría de sueño, de emular a los héroes de Barcelona '92 y traer la segunda medalla de oro al fútbol español.
El seleccionador nacional olímpico, Santi Denia, convocó a los siguientes 22 jugadores para representar a España en los Juegos Olímpicos de París y, sin saberlo, les eligió para escribir su nombre en una de las páginas más doradas del fútbol y del deporte español: Arnau Tenas, Marc Pubill, Juan Miranda, Eric García, Pau Cubarsí, Pablo Barrios, Diego López, Beñat Turrientes, Abel Ruiz, Álex Baena, Fermín López, Jon Pacheco, Joan García, Aimar Oroz, Miguel Gutiérrez, Adrián Bernabé, Sergio Gómez, Samu Omorodion, Cristhian Mosquera, Juanlu Sánchez, Sergio Camello y Alejandro Iturbe.
El camino de los nuestros en Francia fue de todo menos sencillo. Tras dos victorias en los dos primeros partidos ante Uzbekistán (1-2) y República Dominicana (1-3), España sufrió una inesperada derrota ante Egipto (1-2), un resultado que privó a los nuestros de la primera plaza del Grupo C en favor de los africanos.
Tras el susto ante los egipcios, las sensaciones del combinado español dieron un vuelco de 180 grados y el juego, tan característico de este equipo, empezó a deslumbrar. En cuartos de final, España derrotó a Japón, invicta e imbatida hasta ese momento, por 0-3 con un doblete de Fermín López y un tanto del capitán Abel Ruiz.
Ya en semifinales, tocaba enfrentarse a Marruecos en Marsella. En la primera parte, el conjunto marroquí se adelantó en el marcador mediante un gol de penalti. España supo reaccionar y, en la segunda mitad, dio la vuelta al marcador gracias a los goles de Fermín y Juanlu Sánchez. La anfitriona, Francia, esperaba en la gran final.
El 9 de agosto era la fecha señalada en el calendario y el Parque de los Príncipes parisino el lugar indicado. Los locales se adelantaron pronto en el marcador con un gol de Millot, pero la Selección Española desplegó su mejor fútbol para dar la vuelta al marcador y, en apenas 10 minutos, colocar el 1-3 provisional con otros dos goles de Fermín, autor de seis tantos en el torneo, y un golazo de falta directa de Álex Baena. Los dos campeones de Europa con la Absoluta hacían muestra de su calidad y alimentaban el sueño dorado de todo un país. Francia lograba empatar en las postrimerías del partido con goles de Akliouche y Mateta y mandaba la final a la prórroga.
En ese instante apareció el hombre de la final: Sergio Camello Pérez. El madrileño anotaba sendos tantos en los minutos 100 y 120+1 para silenciar París y hacer estallar de júbilo a toda España. Un fecha, un lugar, 22 jugadores y un seleccionador que serán eternos para los amantes del fútbol español.