2023: Nations League y Mundial femenino
Junto a los trofeos de aquel cuatrienio dorado que nos llevó a ser campeones del mundo y vencedores de dos Eurocopas, se encuentran los trofeos de otro año mágico: 2023. En Australia y Nueva Zelanda, la Selección Española se proclamó campeona de la Copa del Mundo Femenina de FIFA. Apenas dos meses antes, en Países Bajos, España había ganado su primera Nations League masculina.
William Sawaya diseñó, en 1988, un trofeo que simboliza atletismo, dinamismo y elegancia: tres virtudes que España demostró cuando, en 2023, logró hacerse con él en el Mundial celebrado en Australia y Nueva Zelanda. Aquel equipo combinó la clase y la calidad con el esfuerzo, el espíritu de sacrificio y la capacidad de sobreponerse a las adversidades.
Aitana Bonmatí, Cata Coll, Olga Carmona, Jeni Hermoso o Irene Paredes, entre otras, pusieron el broche de oro a una auténtica eclosión del fútbol practicado por mujeres en España, que en los años inmediatamente anteriores lo había conseguido todo (mundiales, campeonatos de Europa…) en las categorías femeninas; y que, con ese entorchado absoluto, se ratificaba como una potencia internacional.
El torneo europeo de selecciones de más reciente creación, planteado como una liga de países donde prima la regularidad, vio como España inscribía su nombre en dos ocasiones en las tres primeras ediciones disputadas.
La Liga de las Naciones 2020-2021, cuya final se postpuso por la pandemia de COVID, terminó con la Selección Española como subcampeona, por detrás de Francia (1-2 en San Siro, Italia); y, en la siguiente edición (2022-2023), llegó el momento de la gloria. Los Países Bajos acogieron una fase final en la que, tras eliminar a Italia, hubo que llegar a los penaltis para que España dejase a Croacia con la miel en los labios.
El trofeo de la Nations League es muy especial. Representa a una bandera común que incluye la de los 55 países participantes en la competición; y, en su interior, lleva los colores de la competición, que se reflejan en la plata del resto del galardón haciéndola absolutamente característica. Alzar el trofeo como campeones es, pues, como izar una bandera de todos los países que disputan el campeonato, y provoca destellos de colores que hacen aún más especial, si cabe, ese momento triunfador.